tudela - Los trabajos arqueológicos que se están llevando a cabo desde el pasado 30 de julio en Ribaforada han sacado a la luz un horno romano para la producción de cerámica que, según los expertos, podría estar fechado entre los siglos I y II después de Cristo. Se trata de una estructura trapezoidal, estrecha y alargada, excavada en el terreno geológico y realizada con bloques de adobe.
La construcción cuenta con un pasillo de entrada dispuesto en ligera pendiente por donde se accedería para depositar la leña con la que realizar la combustión y facilitar la limpieza del horno, como así parece evidenciar la acumulación de cenizas aparecida en la zona. Este pasillo conecta con la cámara de fuego, que en este caso está separada en dos por otro muro de adobe. Esta cámara, denominada furnium, era el espacio donde tenía lugar la combustión y se producía el calor. Sus paredes están revestidas de barro y se puede apreciar todavía restos de rubefacción sobre las mismas, producto de las altas temperaturas que se alcanzaron.
Los restos arqueológicos se encuentran a escasos 10 centímetros de profundidad y no ha sido posible encontrar evidencias de la parrilla sobre la que se depositarían las cerámicas, ni de las paredes del alzado y cubierta con las que contaría el horno. Según las evidencias el horno podría estar destinado a la producción de cerámica de paredes finas, y cerámica común de calidad (tapaderas, jarras, etc) como demuestra la aparición de este tipo de cerámicas en el proceso de excavación del horno.
en el casco urbano Los restos destacan por su singularidad, ya que es un conjunto único en la Ribera. En las proximidades se conocen otros yacimientos con evidencias de actividades alfareras (Traibuenas, Tarazona, o Calahorra), pero la localización de un horno, es algo excepcional. Además se han apreciado posibles indicios de una zona porticada, relacionada con la zona de secado de la producción cerámica, así como del testar (basurero de las cerámicas defectuosas o rotas). El conjunto de evidencias arqueológicas aparecidas hasta la fecha parece estar ligadas a un hábitat rural, conocido como villae, característico de época alto imperial romana. El hallazgo se viene a sumar a la aparición del conjunto de hipocaustos localizados en 2017 en la misma zona (a escasos 5 metros) pero no parece que tuvieran un uso paralelo. Los expertos destacan la existencia de estos restos romanos en pleno casco urbano de Ribaforada, en una franja de terreno lindante con el Canal Imperial de Aragón y la Vega del río Ebro.
Desde el 30 de julio hasta el 18 de agosto se están realizando trabajos de excavación en el yacimiento arqueológico de San Gregorio de Ribaforada. Los trabajos están promovidos por el Ayuntamiento de la localidad y son dirigidos por los arqueólogos Juan José Bienes y Óscar Sola.