villava - El auzolan de otoño para limpiar el Ultzama y el Arga a su paso por Villava es ya toda una tradición señalada en la agenda de algunos vecinos. Hace siete años, un grupo de voluntarios del Club de Jubilados de la localidad reparó en el deterioro del río y desde entonces, dos veces al año se reúnen decenas de personas para reducir la cantidad de residuos que contaminan las aguas.

Ayer fueron treinta los que se acercaron a colaborar. Una butaca, una silla, tampones y preservativos, placas de metal... “La gente no es consciente de lo que te puedes llegar a encontrar”, apuntó Itziar Almárcegui, bióloga y coordinadora del proyecto municipal Atarrabia Sostenible Iraunkorra, en el que se enmarca la cita.

La jornada, organizada por el Ayuntamiento de Villava en colaboración con la MCP y Fundación Caja Navarra, tiene un doble objetivo. “Queremos que la gente se de cuenta de la basura que estamos tirando. Pero al mismo tiempo, buscamos que se conozca la biodiversidad que existe”, subrayó Almárcegui, que destacó la presencia de especies “muy importantes” como el visón europeo, en peligro de extinción.

La existencia de este tipo de iniciativas es vital, destacó la bióloga, aunque es imprescindible que, de forma paralela, la sociedad cambie sus hábitos: “Muchas veces pensamos que los residuos provienen de gente que va paseando cerca del río pero también llegan a través de las aguas fluviales que discurren bajo las aceras del pueblo, como un pequeño papel de chicle”.

Tras la recogida, y una vez acabado el merecido almuerzo, los participantes comenzaron a construir el Albergue para bichos y bichas. Los insectos de Villava ya tienen donde alojarse: “Sabemos que faltan flores y lugares para poner huevos o nidos y hemos colocado varias plantas como atracción, junto a unas casetas aclimatadas para varias especies”, detalló Almárcegui.

En la iniciativa se implicaron varios grupos de la localidad, como el Gazteleku, la sociedad Etxe Beltza o Karrikaluze Euskaldunon Elkartea. Jon Larrea y Nerea Armendáriz, monitores de los scouts San Andrés, acompañaron a un grupo de jóvenes de entre 10 y 15 años: “ Queremos concienciar a los chavales para que cuiden el medioambiente, porque nos estamos cargando el planeta”, aseveró Armendáriz. En este sentido, añadió Larrea, “la naturaleza es el marco perfecto para educar y, si no la cuidamos, perdemos ese espacio”. - C.J.G.