ARIZKUN - Dicen que la crisis agudiza el ingenio, y puede decirse que en el caso de Ana Iriarte e Iñaki Bengoetxea hay algo de eso. Esta joven pareja afincada en Arizkun, sufrió en sus propias carnes, como muchos, la crisis. Hace unos años, ambos se quedaron sin trabajo, y en vez de quedarse con los brazos cruzados, empezaron a pensar en cómo salir adelante. Ella es ingeniera técnica agrícola, y él ingeniero agrónomo, y desde el principio tenían claro que si tenían que encontrar una solución a su situación debían hacer algo acorde a sus conocimientos. ¿Qué? ¿cómo? ¿dónde? Tenían bastante claro que querían vivir en Baztan, y después de darle muchas vueltas a la cabeza, decidieron producir vino. ¿Vino en Baztan? Sí, ¿por qué no? Iñaki lo ve muy lógico. ¿No es cierto que en Irulegi hay 200 hectáreas de viñedos? Irulegi está a 15 kilómetros de Baztan, muy cerca; y en Hondarribia producen txakoli, también cerca de Baztan. En Baztan, las tierras se han utilizado, mayoritariamente, para el ganado, aunque hace siglos también se producía mucha sidra, prácticamente en todas las casas. Por ello, la idea de producir vino sorprendió alrededor de los nuevos emprendedores. De todas maneras, la idea fue calando en sus mentes y apostaron por ello. Después de varias consultas y estudiar la viabilidad del proyecto, se pusieron manos a la obra. Decidieron abrirse camino creando un nuevo producto: Baztango xurie, vino blanco ecológico, producido en Baztan.
Estaban llenos de ilusión, llenos de emoción por el nuevo camino que empezaban a recorrer juntos, pero, a la vez, también sentían miedo. Miedo, porque era un proyecto nuevo, que desconocían, porque la apuesta era grande, porque tenían mucho que ganar, pero también podían perder mucho. “No somos futbolistas o millonarios que invierten en este proyecto como si fuera uno más, no, lo nuestro es un proyecto de vida”, recalca Iñaki.
Los primeros pasos no fueron fáciles. Debían abrirse camino en un proyecto que desconocían completamente, fue un proceso de aprendizaje muy arduo, a la vez que bonito. Un proceso que continúa, porque todavía son bastante noveles y no tienen alrededor gente que sea experta en la materia. Van aprendiendo poco a poco, van haciendo camino, caminando. Además de la formación específica vitivinícola han tenido que llevar otro camino paralelo, el administrativo, que tampoco es fácil, como comenta Ana.
Hace un lustro, en 2013, el proyecto empezó a fraguarse. Consiguieron dos parcelas de tierra y plantaron las primeras vides. En 2015 y 2018 han podido plantar otros dos viñedos, para 3 hectáreas en total, distribuidas en cuatro parcelas de Arizkun: Meaka, Urtsua, Larrebazter y Elorga. Plantaron variedades bien adaptadas al clima atlántico: gros manseng y petit manseng (izkiriota handia, izkiriota txikia), comunes en la denominación de Irulegi, y hondarrabi zuri, propia del txakoli. Y riesling, como complementaria a estas variedades.
CINCO AÑOS DESPUÉS Han pasado cinco años desde que plantaron los primeros viñedos, y como comenta Iñaki, es un proceso largo y lento. No es como comprar una vaca lechera, que una vez adquirida da leche desde el primer día. Las viñas necesitan tres o cuatro años para empezar a ser productivas, por lo que han tenido, y tienen, que compaginar su labor en la producción del vino, con otros trabajos.
En 2016 recogieron la primera cosecha, y en 2017 sacaron al mercado las primeras botellas de Baztango xurie, en la Feria de Primavera de Baztan; toda la producción voló, como el año pasado. El vino de este año ya está listo, aunque tiene que reposar en botella un poco. Comentan, con humildad, que está muy bien, mejor que los anteriores. Son conscientes que faltan unos años para aprender y que todos los viñedos estén al 100 % de producción. Pero son pacientes, tienen las cosas claras y están peleando por ello.
Hasta ahora, han hecho el vino y lo han embotellado fuera de Baztan, pero están dando pasos para llevar a cabo aquí el ciclo completo. Para ello, esta primavera esperan contar con una pequeña bodega, una borda que están restaurando. Esperan tenerla lista pronto, y este mismo 2019 cerrarán todo el ciclo, desde la recogida hasta el embotellado en Arizkun. Más adelante, en una tercera fase, pretenden organizar visitas a los viñedos y catas en la bodega.