pamplona - Treinta ocupantes de vehículos -conductor o copiloto- sin llevar el obligatorio cinturón de seguridad y otros 10 conductores haciendo uso de los teléfonos móviles en un intervalo de sólo dos horas. Estos son los preocupantes datos registrados recientemente por una nueva cámara de seguridad vial que el Ayuntamiento de Pamplona ha instalado de modo experimental en la avenida de la Baja Navarra, junto a la intersección del Seminario y la cuesta de Beloso, para determinar su nivel de eficacia de cara a la instalación en otros puntos de la ciudad y de paso determinar si los hábitos de los pamploneses se ajustan a lo dispuesto en el código circulatorio.
sorpresa por los datos Y parece, a tenor de la información proporcionada por el equipo de grabación de la citada cámara, que se siguen cometiendo demasiadas infracciones al volante. A los responsables de la Policía Municipal de Pamplona ha sorprendido sobremanera el número de infracciones y el escaso margen de tiempo en el que se produjeron, lo que puede apuntar hacia una relajación de las normas circulatorias por parte de algunos conductores cuando transitan por calzadas urbanas, lo que supone un evidente riesgo para la seguridad de todos.
El nuevo equipo de grabación fue adquirido por el área de Seguridad Ciudadana el año pasado y dispone de un sistema de alta definición capaz de identificar las matrículas y detectar las infracciones de los usuarios del vehículo, como no llevar puesto el cinturón de seguridad o usar dispositivos móviles manuales durante la conducción, en el caso concreto de los conductores.
nitidez de imagen Según las fuentes oficiales consultadas, permite grabar con nitidez la infracción concreta de cara a la tramitación futura de las sanciones correspondientes. Cabe recordar que la multa por usar el móvil al volante y por no llevar puesto el cinturón de seguridad es la misma en ambos casos: 200 euros y la pérdida de tres puntos.
El aspecto sancionador de la medida es secundario, indicaron las mismas fuentes. De hecho, antes de que entre en funcionamiento -lo que está previsto que suceda a finales de junio- el Ayuntamiento informará a la ciudadanía de su instalación para que se conozca su existencia con el objetivo de aumentar la seguridad vial.
La idea es ampliar su instalación en un número todavía sin determinar en otros puntos de la ciudad, sobre todo en las principales vías de acceso y salida de la ciudad.
No resulta casual que la primera cámara de este tipo que se instalaba en Pamplona se destinara a la avenida Baja Navarra, por donde circulan 40.000 vehículos al día. Fue en una de las pruebas realizadas para determinar su eficacia cuando se registraron las 40 infracciones.
radares En la ciudad existe un centenar de cámaras de tráfico colocadas en los cruces y viales más importantes. Aunque facilitan las funciones de regulación y coordinación y en ocasiones también sirven para saber cómo se produce un accidente en concreto, no ofrecen una resolución suficiente para determinar si los usuarios llevan el cinturón o el conductor está usando el móvil.
Además de las cámaras, existen varios radares fijos en las vías con más densidad (avenida Navarra, Baja Navarra, Cuesta Beloso, calle Juan Pablo II) cuya presencia está resultando fundamental para que los vehículos moderen su velocidad. Más que su labor recaudatoria, el radar constituye un recurso de primera magnitud hacia el objetivo de reducción de accidentes de tráfico, una de las prioridades de la legislatura que está a punto de concluir.