pamplona - Pocas cosas hay más propias en un pamplonica que esos nervios, esa sensación embriagadora y ese pálpito que llega siempre, cada 6 de julio, cuando se levanta de la cama y siente que sólo faltan horas, o minutos, para anudarse al cuello el pañuelico. Una sacudida tan fuerte que casi es capaz de trasladarle, ya el día anterior, a una especie de realidad paralela. Precisamente con esos afectos y pasiones tan particulares ha jugado la burladesa Edurne Taínta Balda, que a sus 24 años ha sido capaz de inventar y transformar un sueño, tal vez de revivirlo, para plasmarlo en el cartel que este año anunciará los Sanfermines.

No es un sueño cualquiera -y es algo que los de fuera, seguro, no son capaces de entender bien- porque aquí cada uno vive la fiesta a su manera. Ella se acuerda de cuando su amona le vestía con las faldas que hacía ella misma, siendo txiki. De cuando, el mismo día cinco, ya despierta pero en la cama, se queda “como en un sueño”. Cuenta que estaba realizando un proyecto de ilustración cuando le vino la idea a la cabeza: una persona que se levanta, va hacia un balcón y ve ese sueño. “Uní esa idea a los nervios que paso yo el 5 de julio y quería representarlo, mirando por un balcón a las doce en punto”. Le costó unas dos semanas realizarlo y se ha llevado un premio de 3.600 euros.

Ayer soñé con un 6 de julio es un cartel inspirado en el día anterior al Chupinazo, “en esos nervios de la noche anterior, esas ganas irrefutables de que llegue ya el 6 de julio, esa cuenta atrás que todos los pamplonicas hacemos, ansiamos y deseamos”, señalaba ayer la autora. Enmarcado casi en una postal, el plano permite a quien lo ve “gozar de esas vistas y estar en el balcón disfrutando del inicio de las fiestas”.

En ángulo picado, se ve la fachada de la casa consistorial y la aglomeración de gente desde un balcón del edificio, lo que sería Casa Seminario, con la mirada puesta en la celebración. Eso sí, no se sabe si el espectador es un pamplonés que acaba de despertar y puede contemplar la estampa desde el balcón de su habitación o alguien que está soñando con ese preciso momento. Taínta deja abierta la puerta a la interpretación para “interactuar” con ese momento tan emblemático de nuestras fiestas, en una imagen en la que ha querido reflejar las dos caras de los Sanfermines, el día y la noche, utilizando para ello tonos cálidos y fríos. “La zona de colores fríos y azulados hace referencia a la noche, un mundo que tantas críticas y estereotipos tiene, sin tener en cuenta que es otra característica más que le da esencia a los Sanfermines”, valora.

Elaborado a rotring y pintado con tableta digital, en esa zona de la obra los confetis del día se convierten en estrellas por la noche, generando una ambientación poética, jugando con lo real y lo imaginario. La zona iluminada por el sol es cálida, amarillenta, anaranjada y rosácea. “Con este tipo de colores, que no son reales, he querido reflejar el mundo del sueño y de la fantasía. Por eso los colores que aparecen en el diseño no son los que realmente reflejan la realidad, manifiestan el mundo onírico en el que está el protagonista o el espectador cuando vive el Chupinazo”.

ganadora en burlada Taínta está cursando actualmente un Grado de Ilustración y es técnica en Diseño Gráfico y Publicidad -titulaciones que ha obtenido tras formarse en el IES Iturrama BHI y en Askatasuna BHI-. Ganó el año pasado el concurso de carteles que anunciaron las fiestas de Burlada, aunque ayer confesaba que era la primera vez que se presentaba al de Sanfermines.

Resulta que este año será el primero en mucho tiempo en el que pueda celebrar el Chupinazo in situ, una fiesta que este julio se tornará más grande, si cabe, gracias a ese poder especial que confiere siempre el hecho de convertirse en el máximo embajador de las fiestas. “Llevo unos cinco años siendo monitora de los campamentos de verano en Hondarribi y la tanda siempre me coincidía con el inicio de los Sanfermines, así que no suelo estar en el cohete. Lo veíamos siempre por la tele, somos todos muy sanfermineros. Pero justo este año me toca ir antes y el 5 estoy aquí, así que lo celebraré a lo grande”, decía, casi sin creerse ayer todo lo vivido.

“Aún lo estoy canalizando -confesaba- pero sentí mucha alegría cuando me lo dijeron, porque realmente es mi pasión. Siempre me ha gustado dibujar, desde txiki, y hacer lo que te gusta reflejando además los Sanfermines es increíble”. Ganar el certamen también como mujer, asumía, “significa muchísimo porque a lo largo de la historia de los carteles de San Fermín, los primeros eran por encargos que se hacían siempre a hombres, hasta que después comenzaron a celebrarse los concursos. Soy la sexta y es un orgullo, al igual que el año pasado lo fue para su autora”.

Ella, ahora, está viviendo su propio sueño, y es que tampoco se esperaba ese incremento en la participación que este año ha marcado la cita. “Si se quiere se puede. Hay que luchar y no hay que ponerse barreras a uno mismo, cada uno es el que tiene que dar sus propios pasos para conseguir sus sueños”.