AMAIUR - ”La total implicación de la juventud en 1974-75 fue decisiva, fundamental en la vida de Amaiur”, confirma Koldo Goienetxe Irungarai que recuerda que a partir de entonces el desarrollo positivo en todos los órdenes que experimentó la histórica villa fue impresionante. Él tenía 20 años y fue el último en licenciarse en el vecino Gorramendi del servicio militar que cumplió en la base de Alerta y Control -“otros se licenciaron más tarde, pero con la base ya cerrada”- y un viaje a Uharte Arakil acompañando al campeonato navarro de perros de pastor al inolvidable amaiurtarra Patxi Etxeberria, le marcaría el camino a seguir.

“En 1974, Xanpart (nombre del caserío por el que se conocía a Patxi Etxeberria) quedó segundo, y luego ganaría nada menos que quince títulos”, explica. Koldo los recita de carrerilla, “seis con el perro Labri, seis con Pintxe y tres con Lagun, y un montón de txapelas de Euskal Herria y del máster de Oñate”, y desde su primera actuación decidieron organizar un concurso en Amaiur. Como movidos por un sentimiento, se escogió la campa de Gaztelukomalda, al pie de las ruinas del castillo donde se perdió la soberanía de Navarra frente a las tropas de Castilla, y ahí se hace desde entonces.

Resultó un éxito arrollador; era el primer certamen de esta clase que se celebraba en la cuenca del Bidasoa. Acudió un gentío que dejó pequeña a la localidad, para mayor felicidad el jovencísimo pastor ganó de calle y luego haría pleno porque ganaría también los títulos de Navarra, Euskal Herria y el internacional de Oñate. Y el éxito de participación y de público se repiten desde entonces.

y otro concurso Pasados 25 años Koldo Goienetxe piensa que hay que organizar algo más, y se lanza a plantear la organización de otro concurso, el de calidad de ovejas de raza latxa que se completa exhibiendo los mejores caballos (80, este año) de raza Burguete y de vacuno de raza cachena que es típica de Galicia y Portugal. Supone un gran esfuerzo, “acabar una edición y ya estamos pensando en la siguiente, sobre todo desde primeros de año, pero con la ayuda de amigos y vecinos todos los años salimos adelante”.

“Aquí los vecinos siempre hemos estamos muy unidos y acudimos a todas las actividades que sean beneficiosas. El pasado domingo estábamos 30 personas montando el vallado del certamen ganadero, y así con todo”, afirma. Y en ese “con todo” se incluyen la rehabilitación de la antigua Herriko Etxea ruinosa desde la incorporación a Baztan, que comenzó con la sede de la asociación Amaiurko Gaztelu Elkartea (inaugurada el primer domingo de agosto de 1975) en la planta baja y así hasta el tejado, luego el monumento en Gaztelua, la construcción del frontón, la rehabilitación de la ermita, la del viejo lavadero...

A sus 62 años, Koldo ha vivido y participado en el progreso de la villa, que es visible y tangible hoy, y la admiración de los visitantes, porque la restauración de las casas ha ido pareja con las dotaciones públicas. Nacido en Bordaberea, el más joven de cinco chicos y una chica, hijos de Gil Goienetxe y Jesusa Irungarai. Él mismo, con ayuda de sus hermanos construyó Migelenea, donde vive con su esposa Juncal Urrutia y sus hijos Igor y Anne, una casa fácil de identificar por la reproducción a escala del arco de entrada a Amaiur que preside el jardín.

Hace 45 años, las fiestas pasaban casi desapercibidas hasta que los jóvenes empezaron a moverse y revolucionaron la villa en el mejor sentido de la palabra. “Todo era ilusión: trajimos a Mikel Laboa, los hermanos Artze con la txalaparta y también a Fermín Balentzia, Manex Pagola y Jon Ijurko, y nos lo prohibieron, pero no decaímos”, recuerda. Y también sokamuturra y la suelta nocturna de vaquillas en la plaza que atraían a cientos de baztandarras.

Amaiur en fiestas se convirtió en el destino preferido por la variedad de actividades que se impulsaron. Y surgió el equipo de soka tira que también entrenaba Koldo Goienetxe y durante años fue invencible. En la memoria, todavía joven, de Koldo ,se acumulan los recuerdos, en una vida, la suya, intensa como pocas. En aquel tiempo tan feliz aceptó un reto de Antton Etxeberria y Kepa Arizmendi (+) que hizo furor en Elizondo, ellos a correr 5 kilómetros cada uno y él 10 en solitario, con el barrio elizondarra de Txokoto abarrotado. Ganó Koldo que les sacó 3’48 minutos. Otro triunfo del hombre de los concursos que hoy seguirá fiel en lo suyo.