- En Atarrabia, Berriozar, Barasoain, Mendillorri, Corella, la Rochapea o Donosti. Desde un balcón, jardín, terraza o ventana. El lugar puede cambiar pero encima siempre hay un cielo. Muy útil si sabes volar. También si sabes mirar. Itziar, José, Lander, Jesús Mari, Eduardo, Rajen y Gorka saben. Pajareros confinados que tienen en su afición un arma poderosa contra el aburrimiento. Sin moverse, vuelan.

A Itziar Almárcegui, bióloga de 42 años, esto del volar le gusta desde pequeña, cuando leía los libros de su abuelo veterinario. Está tocada del ala: se embarcó en "un viaje de ida y vuelta en el mismo día a la isla de Ré para ver a un búho nival", y participa anualmente con su equipo, los Bloody Twichters, en un campeonato estatal para detectar el mayor número de aves en 24 horas. Al veterinario y biólogo José Ardaiz (42 años) también le picó el gusanillo de niño. Salía con su padre a ver pájaros por los campos de Artajona. Entre otras cosas le gustan por una cuestión práctica: "Son el grupo de animales vertebrados más fáciles de observar, y en el que en nuestro alrededor tenemos una mayor variedad de especies". Así que cuando su hija de cinco años Erea -con quien comparte avistamientos- le cede el telescopio, pega el ojo. "Despejo la mente haciendo algo que me gusta y el rato de estar en el balcón tomando el aire y el sol viene bien para oxigenar".

Rajen Ayerra tiene 14 años y le apasionan las aves. "Siempre me han parecido criaturas fascinantes, inteligentes, elegantes...". Y dice que tiene suerte porque desde su ventana en la Rochapea le alcanza para ver todo el barrio, parte del río Arga, el monte Ezkaba y hasta el Casco Viejo. Una mina. Tampoco le va mal a Jesús Mari Lekuona, de 51 años y natural de Oiartzun, desde su jardín orientado al sur en Mendillorri. Tiene fichadas a más de 60 especies. Doctor en Ciencias Biológicas y aficionado a la fotografía, sobre todo de aves, culpa a Félix Rodríguez de la Fuente de su afición y "gran inspiración para mi futuro profesional".

Lander Goñi (42 años) piensa que la capacidad de resistencia a la cuarentena "depende de las rutinas que tengamos. Esta es una agradable, ejercitas la vista y aprendes más de los bichos, porque se trata de identificar animales que igual no ves muy cerca y tienes que saber cómo funcionan". A este biólogo y forestal le descubrió el mundillo José Ardaiz. "Es un bicho que te pica y te sigue gustando". Su ventana en Barasoain es todo campo. Y se está empachando de rapaces. Eduardo Blanco (43 años) es fotógrafo de naturaleza y viajes. Aunque si hace frío o llueve no puede tener mucho tiempo abierta la ventana de su casa en Corella, cuando la abre juega "a buscar el individuo que está cantando en ese momento. Más o menos ya conoces el punto desde donde les gusta reclamar a cada uno y son bastante predecibles". Y el ornitólogo, guía e ilustrador de naturaleza de 51 años Gorka Gorospe, afincado en Navarra desde 1986, pasa la cuarentena en casa de su madre en Donosti, con vistas a la Zurriola. Buen lugar para las aves marinas... limitado para las terrestres. Le cuesta decir por qué le gusta tanto pajarear, pero sí sabe que "una vez estás enganchado no puedes dejar de hacerlo. Es una actividad muy dinámica y estimulante. Y siempre estás aprendiendo".

UNA VENTANA CON ALAS

En época de migración prenupcial y variedad de especies, aficionados a la ornitología documentan y comparten avistamientos desde casa a través de las redes sociales

s tiempo de volar. Época de migración prenupcial. Dependiendo del día y la meteorología "hay que mirar al cielo con atención y es posible dar con bastantes especies: cigüeñas, cormoranes, palomas, rapaces, golondrinas, bisbitas, pinzones, jilgueros, pardillos y un largo etcétera. Si desde casa vemos algún parque o zona verde es cuestión de estar atento. Pueden parar pequeños pájaros de paso: colirrojos reales, papamoscas, mosquiteros, currucas...", enumera Gorka, que se levanta cada mañana "pensando en qué de nuevo veré hoy, que visto el plan que tenemos de confinamiento, viene muy bien". Como él, una legión de pajareros documentan y comparten capturas a través del hagstag #AvesDesdeCasa, grupos de WhatsApp, aplicaciones como eBIrd o la página de Facebook Aves desde casa COVID-19, con más de 1.000 miembros. Este fin de semana el Maratón Ornitológico que organiza anualmente SEO/BirdLife también será de kilómetro cero. 48 horas para observar el mayor número de aves... desde casa. Las ventanas vienen esta temporada con alas.

"Es un buen momento porque hay una migración importante de rapaces y las especies estivales que crían aquí están comenzando a llegar", comenta José en una invitación a mirar. "Algunas pararán a descansar en zonas verdes de la ciudad y el río, pero la mayoría seguirán hacia el norte a sus zonas de cría en primavera, o al sur en invierno. Destacan el águila pescadora, la grulla común, los milanos reales y negros, el martinete común, las cigüeñas blancas y negras, espátulas, abejarucos, alcotanes, gavilanes...", explica Rajen.

"Salgo a la ventana para disfrutar del discurrir de las aves sobre los tejados o en los árboles. Me gusta ver sus quehaceres ahora que están en periodo reproductor; marcando territorio mediante cantos, peleas, trayendo material para hacer el nido o incluso haciendo cópulas. Estos días han llegado los aviones comunes que anidan en mi casa. Siempre es una alegría saber que han podido completar su migración", cuenta Eduardo, al que no le interesa el número de bichos: "Ni estoy apuntando cuántos he visto. Prefiero disfrutar un estornino cercano en vez de ver una rapaz muy lejana, aunque también me alegra ver especies como aguilillas calzadas, buitres, aguiluchos laguneros...". "Aporta otra forma de pasar el tiempo, seguir disfrutando de las aves y poder ver cambios de comportamiento, especies migrando o especies poco frecuentes o raras", dice Jesús Mari. "A las que nos gusta este mundillo ya solemos conocer dónde están los posaderos, oteaderos, dormideros más cercanos, y jugamos con cierta ventaja. Eso no quita para que estemos metiendo más tiempo y nos demos cuenta de algunas cosas a las que igual antes no prestábamos tanta atención. Por ejemplo, estamos viendo en paso especies interesantes", dice Itziar.

El placer de mirar

Cerca o lejos de casa

"Lo que más me ha sorprendido ha sido ver a un pico menor tallando su nido en un árbol de mi barrio, y un gavilán atrapando un gorrión justo encima de mi tejado. Pude verlo muy cerca con la presa entre sus garras, y fue a comérsela oculto en un árbol cercano", describe Eduardo. La primera sorpresa de Lander fue una perdiz en pleno entorno urbano, a poco más de 10 metros de su casa "en una zona verde donde cagan todos los perros del barrio. Ya fue una novedad". Después, echando mano del telescopio, Lander disfruta con "la cantidad de rapaces que estoy viendo. Lo habitual aquí suelen ser las águilas calzadas, los ratoneros y los buitres, por la proximidad de la Sierra de Alaiz. Hay una pareja de alimoches bastante cerquita y estoy viendo todos los días gavilán, azor... Y vi pasar un halcón peregrino por encima de casa, algo que jamás hubiera pensado. Al final, al meter horas empiezas a ver cosas", reconoce.

"Ha habido barnacla carinegra, buscarla pintoja y gaviota cana. Otras especies infrecuentes aquí han sido buitre leonado o cigüeña negra", comenta Gorka desde su atalaya con vistas a la playa. El primera día de observación y escucha Itziar sumó las primeras 24 especies, aunque "no estoy obsesionada con el número. Me gusta más disfrutar de las observaciones. Por las noches oigo hasta tres autillos en sitios diferentes, y a las mañanas tengo fichada una rama en la que se suele posar el martín pescador antes de lanzarse en picado al río. Me siento afortunada por verlo".

Para José lo más llamativo "ha sido un alcaraván, especie típica del sur de Navarra. Le gustan las zonas esteparias o de cultivo, y me hizo ilusión verla en un entorno periurbano, no es habitual. Estaba descansando en un parque".

¿Menos gente, más pájaros?

Cambio de rutinas

Jesús Mari explica que con menos gente por la calle "hay un buen número de pajarillos comiendo en los jardines de las casas. Siguen criando dentro de mi jardín, y cantan y se les oye más. Se ven más especies en las zonas ajardinadas ya que casi no hay gente por la calle. Debido a la ausencia de ruidos en nuestras calles cantan diferente, ya que los ruidos provocados por el ser humano les estresan y dificultan su comunicación normal". Rajen ha observado que "las urracas comunes se confían mucho más que antes, los milanos pueden planear más bajo de lo habitual y las aves pequeñas aparecen en cualquier árbol, aunque esté en medio de la carretera". También José habla de cambios: "Las aves frecuentan zonas que antes apenas visitaban. Por ejemplo, ahora veo a una pareja de cernícalos a cualquier hora posada en los árboles de un parque cercano, y antes no usaban esos posaderos".

Concreta Gorka que ahora las aves tienen "terreno libre y tranquilo durante muchísimo tiempo para buscar alimento o incluso criar", si bien "no van a cambiar su comportamiento más allá de realizar sus quehaceres habituales en lugares en los que antes no podían". E Itziar considera que, aunque es pronto para hablar de cambio de hábitos, sí se está estudiando, por ejemplo, la ausencia de molestias ahora que los humanos no frecuentan el medio natural "y su posible relación con el éxito reproductor en algunas especies como el quebrantahuesos. Será interesante ver los resultados".

Las casas, observatorios privilegiados. En su blog'www.gorkagorospe.com', Gorka recoge seis ideas sobre el pajareo que se resumen a continuación. La primera es un recordatorio: "nuestras casas son observatorios privilegiados". Pasar más tiempo asomado a la ventana depara sorpresas y avistamientos insospechados. "Solo es cuestión de tiempo, atención y un poco de pericia, que se irá acentuando conforme practiquemos y vayamos conociendo las costumbres, sonidos o rutas de las aves habituales del barrio o entorno".

Migración abundante incluso en áreas urbanas. Hay 2 formas de detectar si hay migración "en modo 'on'. La más evidente es mirar al cielo y detectar aves pasando más o menos altas. Si practican un vuelo decidido y siguen la ruta sur-norte, lo más probable es que estén a ello". La 2ª es inspeccionar árboles, arbustos, campos o jardines, si el mirador lo permite. "Probablemente descubriremos zorzales, currucas, mosquiteros u otros aprovechando la oportunidad para reponer fuerzas".

Documentales de aves sin enchufar la televisión. "Es recomendable dedicar un poco de tiempo a ver qué hacen los pájaros y cómo lo hacen... descubriremos comportamientos, detalles del plumaje, sonidos y hechos sorprendentes como si de un documental se tratara".

Las aves recolonizan terreno. "Sin duda, la tranquilidad de las calles hace que estos animales exploren entornos que habitualmente están ocupados por los humanos durante buena parte del día y de la noche".

El entorno y las aves van cambiando. "Llegan especies migratorias nuevas, algunas van haciéndose más abuntantes y otras más escasas, y otras dejan de verse, pues ya marcharon hacia sus territorios de cría. Esto hace que todos los días sean diferentes y nos espolea a seguir mirando".

No estás loc@ ni eres la única persona que hace esto. "La crisis nos ha mandado a todos a casa, así que piensa que hay cientos, miles de pajarer@s mirando las aves que tienen por ahí". Y comparten sus experiencias en redes sociales, "datos que tienen interés y podemos aportar ahora a través de la ciencia ciudadana".

"Las aves siempre me han parecido criaturas elegantes, fascinantes, inteligentes..."

Pajarero en la Rochapea

"He fichado una rama en la que se posa el martín pescador antes de lanzarse en picado al río"

Pajarera en Atarrabia

"Es una rutina agradable; ejercitas la vista y aprendes más de los bichos"

Pajarero en Barasoain

"Han llegado los aviones comunes, siempre alegra ver que completan su migración"

Pajarero en Corella

"Debido a la ausencia de ruidos en las calles, los pajarillos cantan diferente"

Pajarero en Mendillorri

"Es un buen momento por la migración de rapaces y la llegada de especies estivales"

Pajarero en Berriozar

"Las casas son observatorios privilegiados; es cuestión de tiempo, atención y pericia"

Pajarero en Donosti