pamplona - Desde muy pequeña, los perros son su "obsesión, lo que más me gusta en la vida". Con 17 años comenzó a pasear sus pastores belgas por concursos y, a partir de ahí, pasión y oficio se fundieron de manera natural. "En las exposiciones de belleza tienes que tener conocimientos de peluquería, adiestramiento... y una cosa llevó a la otra", dice Carol Olaizola, que regenta desde hace más de 20 años una peluquería canina con su nombre en el número 13 de Pío XII.Su gremio salió recientemente a la palestra "porque en plena pandemia permitieron a los veterinarios hacer peluquería canina en los centros de veterinaria. Y en cambio a nosotras, que hacemos el mismo servicio pero más especializado, porque estamos preparadas y orientadas exclusivamente a eso, no nos dejaban ejercer", recuerda. Protestaron e hicieron un vídeo con el que "no fuimos trending topic, pero casi. En nuestro ámbito tuvo mucho impacto".

De aquella movilización a nivel nacional surgió a nivel regional la Asociación de Peluqueras Caninas de Navarra. Engloba a nueve empresarias del sector con local propio en Pamplona, Sarriguren, Zizur Mayor, Berriozar, Alsasua, Noáin y Sangüesa. "Es lo más interesante que hemos sacado todas de esta pandemia. Nos hemos unido para protegernos contra la competencia desleal, para valorizar la profesión y que se reconozca. La verdad es que ha resultado, y además todas nos llevamos súper bien", reconoce Carol. Destaca la figura de Presen y su Zoo Acuarium como "la precursora de la peluquería canina de calidad en Navarra". Y cuenta que, una vez jubilada, aguantan la propia Carol y Conchita Reta como las más veteranas del gremio.

"Que nos tomen en serio" La pelea de la asociación pasa por que "la gente valorice la profesión, que nos tomen en serio. Aunque ya se han dado pasos. Cuando empecé todavía me preguntaban, 'ahh, ¿pero vives de eso?'. Entonces lo compaginaba con los concursos, en los que también ganaba dinero. Pero sí, vivo de esto hace muchos años. Y queremos que las chicas que han empezado hace poco tengan una profesión reconocida por el Gobierno. Porque todavía no lo está. No hay formación reglada y nos formamos donde podemos, con cursos privados. En la asociación nos encantaría que las que han empezado ahora en unos años tengan una profesión legal, reconocida, establecida, con unas tarifas... Una profesión honesta y legal. Y ya está", reivindica.

Superada la polémica y con las puertas abiertas desde hace un mes, se encontraron "muchísima avalancha" de clientes. "Nos ha costado regularizar las agendas. Era un atasco terrible, y además nos ha pillado en temporada alta. Este es un trabajo relativamente estacional, porque en verano la gente tiene más tendencia a arreglar los perros. Cada vez hay más conciencia de que el perro tiene que estar limpio todo el año, pero la gente sigue teniendo más necesidad ahora, con el buen tiempo", reconoce esta peluquera canina.

Y explica que la clave para conseguir que el animal esté quieto y relajado mientras lo limpian y le pasan la tijera es "maña y psicología. Al cabo de los años acabas comprendiendo el lenguaje de los perros y favoreciendo que estén quietos, que se relajen... Muchas veces somos los propietarios, y ahí me incluyo, los que no tratamos como debemos a los perros. Con un poquito de cariño, psicología, mucha paciencia y dándole oportunidades al animal para que se exprese y se relaje, es más fácil de lo que parece. Y hay mucha formación detrás. Hacemos muchísimos cursos de psicología animal, manejo, cosmetología, cortes de razas, nuevas técnicas... estamos todas yendo a cursos muy habitualmente. No al nivel de la peluquería humana, pero casi. Esto es algo que cada día avanza más, y va a seguir".

A Carol le ha tocado ponerle cresta punki a un fox terrier o plantarle un pelucón rastafari estilo Bob Marley a un perro de aguas. "Siempre hay imaginación, pero en general la gente quiere que el perro esté bonito, que tenga un corte cómodo, que se vaya limpio a casa y que les dure el corte y la limpieza del perro". Piensa que un servicio de menos de dos horas "no es un buen servicio profesional, porque el perro necesita sus tiempos. No puedes estar machacándole constantemente, tiene que descansar, estar tranquilo, confiar en ti... y una vez que consigues eso la cosa ya fluye. Pero necesitas respetar al perro, eso es muy importante". Y concreta que al animal siempre "se le baña, se le seca y se higieniza. Es la parte más importante, que el animal mantenga la salud y que en casa todo el mundo esté cómodo con un perro limpio".