n el nuevo escenario provocado por la crisis de la covid-19, los viajes por el interior de la Comunidad foral cobran mayor protagonismo y el enoturismo se sitúa como la opción escogida por muchos viajeros. La elección de visitar bodegas de la mano de expertos, disfrutar de sus paisajes y deleitarse con una cata de vinos es una de las alternativas más apropiadas y seguras para muchos turistas tanto nacionales como extranjeros. Olite no es solo una bonita ciudad medieval, también es la Capital del Vino de Navarra, con siete bodegas y otros centros relacionados con el vino, como el Museo de la Viña y el Vino, la Estación de Viticultura y Enología, la Cofradía del Vino y el Consejo Regulador de la Denominación de Origen de Navarra.

Tras meses con las puertas cerradas, las bodegas de la villa han decidido reabrir con todas las medidas de seguridad, con el fin de garantizar un turismo seguro. Las consecuencias de esta situación ha provocado un "efecto devastador" en el sector, ya que dos tercios del vino que venden se distribuye a través de hoteles, restaurantes, cafeterías, entre otros, espacios que se han visto afectados durante el confinamiento. Esta crisis también ha afectado al turismo y los 80 millones de turistas que visitaron España en 2019 dejaron de moverse desde el pasado 15 de marzo. A pesar de que durante el confinamiento el vino ha sido uno de los productos más consumidos, en ningún caso ese incremento de ventas ha compensado la caída de ingresos. La realidad es que las bodegas y las cooperativas vitivinícolas viven momentos de incertidumbre, como la mayoría de los sectores que dependen del turismo y del consumo. Al no saber cuándo se estabilizará el mercado y cómo será el consumo, se enfrentan a una temporada en la que probablemente habrá un exceso de stock.

En este verano tan excepcional y diferente, lo que más valoran los viajeros son las actividades enfocadas al aire libre, bien en familia o en grupos de amigos, con las medidas y distancias sociales apropiadas. Por eso, bodegas como Ochoa y Pagos de Araiz han adaptado sus catas en la terraza con la distancia social obligatoria y aforo reducido. Por otro lado, Bodegas Cosecheros Unidos han decidido continuar con su actividad en el interior y una reducción de aforo del 40%, es decir unas 20 personas permitidas por visita. Otras bodegas han decidido suspender la actividad de las catas, como es el caso de la Bodega Piedemonte.

Durante todo el año, la Ruta del Vino de Navarra propone actividades y experiencias enológicas que se adaptan a las estaciones e invitan a los visitantes a disfrutar de la viticultura local, una propuesta que se ha convertido en parte importante del motor turístico de la comarca en esta época.

Cada bodega es diferente, las hay grandes, otras más pequeñas, pero todas sacan adelante viñedos casi abandonados. Algunas ofrecen visitas a las instalaciones con la cata de vinos e incluso algunas permiten al visitante vivir experiencias entre sus viñas. Hay bodegas familiares, cooperativas y auténticos museos repletos de obras de arte.

Casi un siglo de historia acumula la cooperativa Bodega Cosecheros Reunidos, desde que fue fundada en 1913. La cooperativa centenaria mantiene desde entonces su sede original, sin dejar de funcionar de manera ininterrumpida. La visita de esta bodega cuenta con una peculiaridad, ya que dispone de una de las poquísimas barricas OVUM existentes en todo el mundo. Este depósito favorece la elaboración biodinámica, generando un movimiento continuo en las paredes y reduce la necesidad de intervención. Además, cuenta con un museo de la bodega de entrada libre y con diferentes paneles informativos. En estos momentos, esta cooperativa continúa con las catas, con una reducción de aforo al 40%, es decir 20 personas por visita. Lucrecia Martínez, gerente de la cooperativa, asegura que esta situación ha afectado a la cooperativa. "Para el 12 de marzo ya teníamos todo completo hasta el 30 de junio. La situación es muy complicada, es una época muy difícil", apunta Martínez.

Sin embargo, la situación se va normalizando poco a poco y los turistas empiezan a programar sus escapadas. "Venimos de Valencia y hemos aprovechado a visitar varias bodegas. Está muy céntrica y la verdad que es muy moderna", señalaba este fin de semana la familia de Ana Benlloch, Francisco Sánchez y Patricia Sánchez. "Hemos venido al Castillo de Olite y de paso hemos pensado en hacer algo diferente, por lo que nos hemos decantado a hacer la cata", agregaban Tom Corneat y Ainhoa Fernández, dos turistas de Francia y Guipúzcoa, respectivamente.

"Para el 12 de marzo ya teníamos todo completo hasta el 30 de junio, ahora la situación es muy complicada"

Gerente cooperativa Cosecheros

"Venimos de Valencia y hemos aprovechado a visitar varias bodegas de la zona, la verdad es que es muy moderna"

"Hemos venido al Castillo de Olite y de paso para hacer algo diferente nos hemos decantado por hacer la cata"

En la cooperativa Cosecheros