- En el mundo, un tercio de la producción de alimentos se pierde, lo que equivale a 730 millones de euros anuales. España es el 13º país de la Unión Europea que más comida desperdicia, tirándose en torno a un 18% de los alimentos en perfecto estado. El Ayuntamiento del Valle de Yerri, conocedor de esta dramática situación, ha impulsado Buruxka, un proyecto piloto que pretende recuperar la práctica del espigamiento o respigamiento para así contribuir a reducir el impacto social y ambiental derivado de las pérdidas de alimentos en el ámbito agrario y contribuir a la sensibilización sobre el desperdicio.

Pero, ¿qué es eso del respigamiento? Según explicó Elena Cereceda, Técnica de la Mancomunidad de Andía, se trata de una práctica llevada a cabo sobre todo en el siglo XIX. "Antes, cuando se recolectaba la cosecha, siempre sobraba parte y eran las mujeres y niños en situación de mayor dificultad económica los que se dedicaban a recogerlo". A día de hoy, son los estándares de calidad o de calibre interpuestos por las empresas los que contribuyen a generar esos desperdicios. "Ahora pasa un poco lo mismo, hay alimentos que están en perfecto estado, pero que no se utilizan por cuestiones estéticas", aseguró la Técnica. Por eso, en un escenario de especial vulnerabilidad como el actual, desde el Valle de Yerri esperan conocer la realidad actual de las pérdidas de alimentos en el sector hortofrutícola de Tierra Estella para tratar de atajar una cuestión "bastante desconocida, pero preocupante".

Para tener una imagen real del desperdicio alimentario en la zona, desde el Ayuntamiento van a contactar de forma directa con las producciones y entidades agrarias, obteniendo así un primer diagnóstico de la situación. Tras vertebrarse una red de entidades representativas de diversos sectores que ponga en contacto donantes y receptores, se formará a agentes sociales a través de los espigamientos en las producciones y fincas adheridas a la iniciativa. La distribución de los alimentos recogidos se llevará a cabo a través de los servicios sociales de base de la mancomunidad de servicios sociales de Iranzu, además de otras entidades y personas interesadas, como el Banco de Alimentos de Navarra.

Además, se fomentarán otras acciones educativas. Esta labor pedagógica se considera de vital importancia, pues, como apuntó Cereceda, "el desperdicio alimentario también se hace en casa". "En primer lugar vamos a explicar por qué estamos aquí y cuál es la importancia del proyecto, después, además de abrirlo al público general, nos parece interesante acudir a centros educativos y hacer charlas o talleres sobre el tema". Por último, se prevé la promoción de una empresa de economía social para alargar la vida útil de los alimentos, que permita, a medio plazo, hacer sostenible el modelo.

Se quiere incidir, así, en "el valor de los alimentos como cuestión esencial, hacer entender el coste que tiene producirlos, tanto en recursos humanos, como naturales". La idea es asentar en el Valle de Yerri las "bases para crear una comunidad social y solidaria con posibilidades de replicación en otras zonas de Navarra". Así, como proyecto piloto, "vamos a ver nuestra realidad y cómo podemos dotar a la empresa de cierta durabilidad en el tiempo".

Este proyecto está cofinanciado con 128.458,43 euros. El Ayuntamiento de Yerri, como coordinador y líder de la iniciativa, aporta el 72% del presupuesto total. Este se destinará a la adecuación de un local en el que habilitar un espacio de almacenamiento, así como a las distintas acciones necesarias para llevar a cabo la actividad. El Ayuntamiento se encargará de la dirección técnica del proyecto, así como de la coordinación del Consorcio y de la red de entidades. Además, dinamizará a los agentes sociales, a través de la organización de los espigamientos. Por su parte, INTIA, con el 12% del presupuesto, será la encargada de la comunicación y aportará su conocimiento. Participará en la iniciativa con la finca experimental de Sartaguda. La UPNA, con el 16%, será parte activa en la elaboración del diagnóstico y evaluará las posibilidades de transformación de los alimentos recogidos en los espigamientos, así como hará un Plan de empresa.