- La suspensión de las fiestas el pasado junio hizo que ayer arrancara una tarea desconocida como es la no celebración de las mismas en la Ciudad del Ega. Durante la mañana y la tarde de ayer, Estella demostró la responsabilidad de sus vecinos a la hora de no originar ningún conato de reunión ni tampoco de fiesta. Así lo decía ayer su alcalde Koldo Leoz, Eh Bildu, "hoy lo estoy viviendo con tranquilidad y confianza. La ciudadanía ha entendido que este año no tocaban fiestas. Puede que con los temas de San Fermín y Mendillorri hayamos cogido un poco de miedo y que nos haya servido de freno". En este sentido, el alcalde de Estella aseguró que "me consta que en los últimos días ha habido anulación de reservas en los restaurantes". Una circunstancia que ha hecho que los niveles de reserva de mesas para este fin de semana de las No Fiestas, sean más bajos que los de la semana pasada. "Eso habla de concienciación y de la responsabilidad de los vecinos". El alcalde también destacó, en este sentido, el papel de las hostelería para mantener los protocolos necesarios en estas jornadas de pandemia "tengo confianza absoluta en la hostelería de Estella; en que va a cumplir y hacer cumplir las medidas para que no haya problemas".

Con todo, la concentración más importante se produjo posteriormente, cuando tras las horas del vermú las terrazas acogieron a diversos grupos, mayoritariamente jóvenes, "hemos tenido que separar de local la cuadrilla para no reunirnos más de diez" comentó la participante en una de estas comidas. "La idea es estar aquí todo el rato y cuando cierren nos iremos tranquilamente para casa", añadió con tono de normalidad. Una normalidad en la que insistió permanentemente Leoz quien tampoco destacó que se hubieran tomado estrictas medidas policiales. "Las directrices son que se haga respetar el decreto foral con los horarios y protocolos pero también nuestra idea es que se haga con respeto y pedagogía".

Respecto a la sugerencia de modificar los horarios de cierre y adelantarlos desde las dos a las doce de la madrugada, Leoz aclaró que se mantendrá durante estas jornadas el horario previsto de cierre a las dos por varios motivos, "pensando en la hostelería no puedes cambiar horarios con tan poco tiempo, eso sí, hemos pasado una comunicación a todos los locales en la que les indicamos que ya para la 1:30 tienen que recoger y ir sacando a la gente".

También el jefe de la comisaría de Policía Foral en Estella-Lizarra, Javier Bueno, destacó la sensación de "absoluta normalidad. Es que no hay fiestas y esperemos que siga así". Habló también del peligro cuando llegue el momento crítico de la salida de los bares "pero lo cierto es que la gente está muy responsabilizada". "Estella ha dado hasta ahora un ejemplo de responsabilidad y madurez y tenemos que continuar así". Para Bueno, lo que hay que hacer es seguir con sentido común las indicaciones sanitarias que nos han dado: "distancia de seguridad, mascarilla e higiene. Lo cierto es que lo que se ha visto es que el alcohol mezcla muy mal con la covid y eso lo tenemos que tener en cuenta".

De la misma manera que quedó suspendido el cohete también se suspendieron todos actos matinales incluida el descenso de los más jóvenes por las aguas del Ega que se redujo a un grupo aislado de participantes. El tiempo festivo de la ciudad transcurrió sin la celebración tampoco de ningún homenaje en la Plaza de los Fueros que organiza el grupo de Exdantzaris Francisco Beruete.

Por la tarde, cuando ya por fin las vecinas y vecinos de la Vieja Lizarra se hubieran vestido de blanco y rojo, todo indicaba la evolución de una jornada normal donde el calor se convirtió en el mayor protagonista, ya que se alcanzaron temperaturas de 38 y 39 grados.

Para los más pequeños el portón cerrado del zaguán del ayuntamiento por donde se realiza la salida de la Comparsa de Gigantes y Cabezudos, fue la comprobación también de que la suspensión de las fiestas era toda una realidad. Y así otros momentos estelares del primer día de fiestas como la Bajadica del Puy tras las celebración de las vísperas en la basílica. Algo que en Estella-Lizarra pasó desapercibido porque el alcalde declinó participar en todos los actos. "Mi idea es trabajar estos días y desde luego hablar todo lo menos posible de las fiestas porque este año no tocan".