l primer golpe del coronaviruscoronavirus ha pasado factura tanto en daños económicos como personales para los negocios y bares de la Zona Media de Navarra. En mitad de la crisis sanitaria los locales se han movilizado para reanudar la actividad e invitar a los vecinos a que inviertan en la actividad del comercio local. Ahora los negocios viven un momento complicado, en caso de decretarse otra vez el confinamiento, la supervivencia de estas pequeñas empresas se vería muy afectada e incluso algunas no resistirían a un nuevo cierre temporal.

Es el caso de La Cigüeña de Tafalla, un negocio de puericultura y ropa de bebés y niños, que tras 20 años de actividad ininterrumpida, durante el confinamiento vio la necesidad de adaptarse a la nueva situación. Durante estos meses, la propietaria del local Charo Goicoechea junto a Marian Orradre pusieron en marcha las redes sociales Instagram y Facebook para “mantener el contacto con los clientes”. “Los niños siguen naciendo y queríamos facilitar las demandas de los padres y madres”, señaló Charo. Gracias a la campaña de Ascota, diferentes comercios de Tafalla tuvieron la oportunidad de continuar con las ventas, ya que la asociación de comerciantes facilitó los envíos gratuitos. A pesar del desconocimiento de Charo y Marian hacia las nuevas tecnologías decidieron adentrarse en este mundo con la ayuda de las hijas de la propietaria del negocio. “La verdad que me ha sorprendido el buen recibimiento que hemos tenido por parte de nuestros clientes. Durante el confinamiento podíamos llegar a mandar al día 5-6 paquetes”, reconoció. Teniendo en cuenta la modernización de las familias, se está poniendo en marcha una página web para facilitar la compra de los productos de primera necesidad. “Ha sido un pequeño empujón para lanzarnos al universo on line”, añadió Marian. Ambas trabajadoras recalcaron estar muy satisfechas con sus resultados, aunque con cierto temor a un nuevo confinamiento.

Amaia Bezunartea, dueña de Hope, una tienda de ropa situada en Olite, fue otra de las comerciantes que se adentró en el mundo digital durante la cuarentena. La idea ya rondaba por la cabeza de Amaia, pero fue durante la crisis sanitaria cuando decidió llevar a cabo el proyecto. La dueña del local recordó los momentos tan complicados que pasó con la tienda cerrada: “al principio fueron muchos lloros porque realmente no sabía qué podía pasar”. Sin embargo, aseguró sentirse sorprendida con las clientas, “la gente tiene muchas ganas de salir y comprar”. En el caso de Amaia, reconoció encontrarse en una situación de incertidumbre, ya que “lo peor estaba por venir”. Asimismo, destacó la gran campaña que se ha hecho hacia el pequeño comercio. “La gente del pueblo se ha involucrado mucho, ha surgido el lado positivo”, señaló muy agradecida.

Boutique Rekarte en Tafalla, fue otra de las tiendas que tras 43 años abierta vio su servicio perjudicado. La dueña Maider Labayru definió la situación como “un estado muy preocupante”. “El 11 de marzo comencé con la nueva temporada y, dos días después, tuve que cerrar. No tenía muy claro si lo podía salvar”, apuntó. En cambio, a raíz de la campaña que hizo Ascota de mandar productos a domicilio gratuitamente, Maider notó que aumentaron sus ventas. “En cuanto abrimos el 4 de mayo estuve atendiendo 3-4 clientas al día. La temporada ha ido mejor de lo que pensaba”, dijo sorprendida. Aunque aseguró que el impacto se iba a notar más de cara al invierno, “con el frío la gente se quedará en sus casas y será peor”. Además, Maider quiso agradecer “la ola de solidaridad” de todas sus clientas. “Mucha gente está haciendo el esfuerzo de comprar en el pueblo y no irse fuera, es una realidad inminente y son conscientes de lo que nos supone la pandemia”, añadió.

La restauración también es otro sector perjudicado junto con los negocios. La mayoría de los hosteleros de Olite coinciden en que tras estos meses de pérdidas no salen las cuentas como deberían. Todos ellos se encuentran en una tesitura incierta, ya que “no sirve de nada mirar a un futuro, hay que ir poco a poco viendo cómo avanza el virus”.

La única opción para la supervivencia de muchos locales durante el confinamiento ha sido el reparto de comida a domicilio, una alternativa que, aunque a algunos les ha “salvado”, para otros no supone, ni mucho menos, la solución. Hay propietarios de bares que incluso decidieron no abrir sus servicios hasta adentrados ya el verano. Como muchos otros empresarios, Mari Cruz Marín y Carlos García, dueños del bar Katixa de Olite, se vieron en la obligación de cerrar su local hasta el mes de junio. La pareja estuvo inmersa en esta crisis, ya que al no disponer de espacio para una terraza, no podían aprovechar el buen tiempo. “Nos ha afectado de lleno, se ha reducido la clientela un 60%”, apuntó Carlos. Reconocieron sentirse con mucho miedo, “al ser una circunstancia tan complicada los clientes prefieren estar al aire libre que meterse en un bar”, comentaron. Para muchos bares y cafeterías, el verano es el principal foco de ganancias para poder sobrevivir el resto del año; eso ha provocado que muchos hosteleros se vean en la cuerda floja. “Se nos han ido las mejores fechas, entre semana santa, medievales y fiestas, no sabemos cómo afrontaremos septiembre”, admitieron. Mari Cruz y Carlos señalaron que desean llegar al verano del 2021 con las mismas ganas y con la vuelta a la normalidad. “Es nuestra pequeña ilusión. Es lo que nos hace continuar”, añadió Mari Cruz.

Un ejemplo de éxito de terrazas es la del bar La Fragua, con la ampliación de su zona exterior facilitó el servicio y consumo a los clientes. “La ampliación del espacio por parte del Ayuntamiento es un privilegio para los bares de la plaza”, subrayó Félix Montoya, responsable del bar. Sin embargo, aseguró sentirse como un “novato”. “Todos empezamos desde cero y no sabemos cómo gestionar esto”, manifestó. Para todos los empleados de hostelería esta situación supone una incertidumbre constante, ya que dependen de la multitud y del turismo; uno de los principales sectores afectados. “Tenemos que salir a empatar, es como un logro para nosotros”, añadió. Por último quiso dar la enhorabuena a los olitejos por el comportamiento que están teniendo y, “sobre todo hacer un llamamiento a los jóvenes del pueblo por una conducta ejemplar. Nos tenemos que sentir muy orgullosos”, recalcó.

“Me ha sorprendido el buen recibimiento por parte de nuestros clientes”

La Cigüeña

“La gente del pueblo se ha involucrado mucho, ha surgido el lado positivo”

Hope

“Esto nos ha afectado de lleno, la clientela se ha reducido un 60%”

Katixa