el trazado de la calle, la disposición de los edificios y hasta la tapia que se adivina en el extremo derecho, junto a los contenedores, certifica que nos encontramos en el lugar exacto donde Prince colocó la cámara hace 58 años para obtener su foto. Quién sabe, hasta es posible que nos encontráramos en el centro mismo del descomunal charco.

No se puede negar que el barrio ha progresado mucho desde 1962, basta para ello comparar la pavimentación y el asfaltado de la calle. Pero tampoco puede obviarse que la Milagrosa presenta todavía aspectos manifiestamente mejorables, especialmente en lo que a la oferta de servicios públicos se refiere. La semana que viene nos desplazaremos tan solo unos metros, hasta la calle Guridi, para ver cómo marchaban las obras de urbanización de Arrosadia un año más tarde, en 1963. Y de paso contaremos algo sobre otro gran músico vasco, el vitoriano Jesús Guridi Bidaola.

la necesidad acuciante de vivienda provocaba que en los nuevos barrios proletarios en expansión se construyera deprisa y sin una adecuada planificación, causando grandes incomodidades al vecindario. Era además frecuente que los edificios se levantasen sobre unos solares muy someramente urbanizados, en los que a menudo solo había una plancha de asfalto delante de los portales.

Este es el contexto captado por Prince, seudónimo tras el que se encontraban dos fotógrafos asociados, José Luis Lafuente y Carlos Calleja. Vemos la calle en un evidente estado de abandono, y al fondo tres vehículos, un Seat 600, un Citroën 2CV y una furgoneta DKW de los años 50. En primer plano, en una zona totalmente embarrada, un charco de proporciones oceánicas ha sido adornado con un cartel donde puede leerse "acotado de pesca-prohibido bañarse", con el que un irónico vecino ha querido manifestar su protesta.