o es la primera vez que en Valdizarbe se ven en una situación parecida. Ya ocurrió cuando se planteó construir allí una cárcel (2001) o la ciudad de la carne (2006), lo que en ambos casos generó una unánime contestación social por considerar que no iban a traer nada bueno al valle que logró paralizar ambos proyectos.

Ahora ha ocurrido con las energías fotovoltaicas, tras conocerse las intenciones de Solaria de construir dos parques solares con capacidad de generar hasta 400 megavatios (MW) en los términos municipales de Muruzábal, Adiós y Uterga. Uno afectaría exclusivamente a esta última localidad, con de más de tres millones de metros cuadrados -abarcaría todo el territorio cultivable hasta la falda del Perdón- y el otro abarcaría terrenos de Adiós, Muruzábal y Uterga, con una superficie cultivable también superior a tres millones de metros cuadrados.

Pero a diferencia de la década pasada, el posicionamiento mayoritario de los vecinos parece decantarse a favor del proyecto por los ingresos que dejará, sobre todo a los propietarios de los terrenos que Solaria piensa alquilar. Sucede lo mismo con los ayuntamientos de Uterga y Adiós, desde donde se emitió hace unos días un comunicado informativo al vecindario en el que se exponía un largo listado de beneficios que el parque solar traería a la localidad (puestos de trabajo, bajada de impuestos, ayudas sociales, mejora de servicios, subvenciones al transporte o nuevas instalaciones, entre otros); y un solo aspecto negativo -el impacto visual- al que apenas dedicaba dos líneas en un comunicado de 3 páginas.

La confirmación de este apoyo por parte del Ayuntamiento llegó el sábado pasado, cuando se negó el acceso a una asamblea informativa celebrada en la iglesia de Adiós a personas interesadas en conocer detalles del proyecto con el argumento de que no estaban empadronados en la localidad.

Pese a todo, un grupo de vecinos organizados entorno a la recientemente creada plataforma Salvemos El Perdón 4.0 pudo exponer en público sus objeciones al proyecto por el impacto paisajístico y medioambiental y los efectos que provocará en la vida cotidiana de los pueblos afectados.

En este contexto, con mucho dinero en juego y en un ambiente rural muy restringido, resulta entendible lo difícil que ha resultado levantar la voz a los que están en contra de la iniciativa de Solaria, mas aún si son señalados con el dedo y acusados de oponerse al desarrollo económico de la zona y de sus pobladores.

Poco a poco, las diferencias entre los que están a favor y lo que están en contra se han ido incrementando en Adiós y Uterga, con apenas 150 habitantes en cada localidad, con enfrentamientos y fracturas en familias y cuadrillas de amigos. Algunos tienen miedo a dar su nombre, para evitar que la cosa vaya a más; otros prefieren que no salga su imagen, lo que da idea del deterioro en la convivencia que se está generando.

"Tenemos derecho a dar nuestra opinión, a preguntar por el proyecto, a saber si los comunales están dentro del parque solar y conocer los efectos medioambientales y paisajísticos que va a generar en un entorno rural tan privilegiado como el de Valdizarbe. No pedimos nada del otro mundo, porque encima lo que se haga va a tener consecuencias para todos", señaló Gorka Ederra, uno de los promotores de la plataforma.

Varios vecinos de Adiós y Uterga opuestos al proyecto se reunieron el jueves en esta última localidad para exponer sus puntos de vista y coordinarse ante las iniciativas que puedan adoptar en defensa de sus argumentos. Todos coinciden en señalar el destrozo que el parque supondrá para el paisaje de la zona y los efectos negativos a largo plazo para las localidades más directamente afectadas, que se pueden ver rodeadas por un "océano de placas solares".

David Eslava, que ejerce de portavoz de la plataforma, lamentó la gestión que los ayuntamientos están realizando en este asunto, sin ofrecer información a los vecinos y actuando como intermediarios entre los propietarios de los terrenos y la empresa promotora. "En los tiempos actuales las instituciones no pueden actuar con este oscurantismo. No tenemos nada que decir a que los propietarios alquilen sus terrenos y que lo hagan al precio que quieran, pero las consecuencias serán para todos, sean propietarios o no, y por eso tenemos derecho a que nos oigan. Queremos que haya una consulta para que los vecinos del valle puedan dar su opinión ante un proyecto que afectará a todos".

Desde junio, Solaria ha contactado con los propietarios de los terrenos -una treintena- para disponer de las parcelas ofreciendo por hectárea hasta 1.500 euros por el alquiler anual. La oferta es un contrato a 26 años, con dos prórrogas de 5 años cada una.

La mayoría de los propietarios, según los datos que maneja la plataforma, ha aceptado la oferta de Solaria, pero otros no, como la familia de Asier Sarasíbar, que acudió acompañado de su tío Valentín, agricultores que trabajan tierras propias y ajenas desde hace décadas. "Tengo 25 años, soy agricultor y creo que este proyecto puede acabar con la forma de vida tradicional de esta tierra. Lógicamente no lo quiero, porque creo que somos unos privilegiados en este entorno. Me gustaría que los sindicatos agrarios, que tanto hablan de apoyar a los jóvenes agricultores, digan algo sobre este tema". Para los agricultores, que están agrupados en una cooperativa, el proyecto supondría el fin de su actividad. "Sería inviable mantener toda la maquinaria si se reduce la superficie cultivable, así de claro".

En Uterga, según explicó el vecino Hugo Urquiza, la situación es peor que en Adiós, ya que el Ayuntamiento ni tan siquiera ha convocado una asamblea informativa -aunque la de Adios fue a instancias del vecindario- y a las reuniones celebradas hasta el momento solo se permitía el acceso a los propietarios de terrenos, a los que Solaria entregaba el contrato de alquiler de las parcelas.

"No entiendo el mal ambiente y los enfrentamientos que todo está creando. Entendemos que haya vecinos a favor del proyecto, pero no consideramos normal que no se nos permita tener acceso a la información o asistir a reuniones con los promotores", comentó Urquiza, que llegó a la cita a lomos de su caballo con el que acostumbra a pasear por los alrededores con otros caballistas de la zona.

Fiona Hearun, una irlandesa que se instaló en Uterga hace tres años junto a su familia, también se acercó hasta el albergue para participar en la reunión y dar a conocer su postura. "Creo que todos estamos a favor de las energías renovables, pero tiene que ser un sistema sostenible y no puede hacerse a costa de terrenos agrícolas y de paisajes únicos como el que existe en este lugar".

"Muchos peregrinos nos dicen que esto se parece a la Toscana italiana y me da mucha pena lo que pueda suceder si el parque solar se acaba instalando". Así se manifestó Noelia Roldán, que desde 2003 gestiona con su familia el albergue para peregrinos de Uterga, que valoró el impacto que tendría entre los peregrinos encontrarse con un paisaje lleno de placas solares en vez de monte.

Antonio Gómez, que lleva más de una década residiendo en la localidad, no terminaba de entender las razones que pueden llevar a transformar el entorno rural cuando no hay necesidades. "Aquí todo el mundo trabaja, hay buenas casas y no hay necesidades. Entendería que en zonas desfavorecidas la gente se podría plantear meterse en un proyecto de este impacto, pero aquí no".

Manuel Lorente se refirió al valor agrícola de los terrenos de la falda sur del Perdón, mientras que Ana Calvo aludió a la importancia de potenciar las energías limpias pero no a costa de las comunidades rurales y con proyectos de esta envergadura.

Plazo terminado. Ayer concluyó el plazo que las empresas promotoras de proyectos renovables (eólicas, solares y mixtas) tenían para informar a Red Eléctrica de España de sus intenciones de continuar o no con los proyectos, aunque no ha sido posible conocer si Solaria ha cumplimentado los trámites para su propuesta en Valdizarbe. La dirección de Industria del Gobierno de Navarra firmó una resolución el pasado 31 de julio que daba trámite a la solicitud de Solaria y notificaba su posición como interlocutor único.

"Tenemos derecho a dar nuestra opinión y preguntar sobre el proyecto"

Vecino de Adiós

"Va a ser el fin para la agricultura; a ver si los sindicatos agrarios dicen algo"

Joven agricultor de Uterga

"Queremos que haya una consulta para conocer la opinión del valle"

Plataforma Salvemos el Perdón 4.0