Según una tradición que se pierde en el tiempo, el tercer domingo de octubre es la feria de Altsasu, una cita de origen ganadero con siglos de historia que a lo largo de los años ha ido sumando diferentes elementos hasta completar una intensa mañana. Pero este año ha sido uno más, eso sí, con sol después de días de lluvia. Lo cierto es que a la pena de la suspensión de esta fiesta este domingo muchos y muchas altsasuarras lamentaban más aún no poder disfrutar de la feria con la meteorología a favor.El ganado, aunque de forma casi testimonial, sigue siendo protagonista, sobre todo en el concurso caballar, un escaparate de los mejores ejemplares de la zona. Asimismo, hay exposiciones de ovino latxo y vacuno pirenaico. No obstante, la feria de Altsasu es sobre todo un gran mercado, otro importante canal de venta directa que se ha suspendido por la pandemia. El pasado año fueron en torno a 70 puestos en la feria agroalimentaria, repartida entre la calle Gartzia Ximenez y la plaza de Los Fueros con variedad y calidad expuesta a las miles de personas que se acercan este día a la villa. Y es que es una cita con mucho tirón, tanto en la zona como en las vecinas Gipuzkoa y Álava. La oferta se suele completar con una veintena de puestos de artesanía, una exposición de maquinaria y herramienta y un mercadillo variado. Asimismo, el arte ha pasado a ser un producto más el único elemento de la feria que ha seguido adelante.

En esta mañana de feria es obligado visitar la exposición micológica que organiza la Asociación de Micología de Alsasua. De recogerlo todo en imágenes se encargan los participantes en el Rally Fotográfico organizado por Altsasuko Mendigoizaleak, un concurso que también tendrá que esperar a tiempos mejores. Ahora toca cuidar y cuidarse.