De forma simbólica, con la entrega de las llaves de la torre telegráfica de Altsasu al alcalde, Javier Ollo, el Gobierno de Navarra da por finalizada las obras de su restauración. Ha supuesto una inversión de 250.327,53 euros. Ahora el Ayuntamiento deberá mejorar los accesos al edificio y su apertura al público. Al respecto, el alcalde, Javier Ollo, señala que se prevé organizar actividades periódicas con los centros escolares de Altsasu, con salidas de carácter deportivo y cultural. Y es que llegar a esta torre de telegrafía óptica, no es fácil, a 675 metros de altitud en plena subida a Bargagain. “Se está estudiando cómo se puede mejorar el acceso”, apunta el alcalde.

La devolución de las llaves fue este pasado martes, de la mano de la consejera de Cultura y Deporte, Rebeca Esnaola. Estuvo acompañada del arquitecto del proyecto, José Luis Franchez Apecechea, y la directora del Servicio de Patrimonio Histórico, Susana Herreros.

Las obras han consistido en la restauración arquitectónica conforme a las características originales. También se ha repuesto la estructura de roble de los forjados interiores y de la cubierta además de nuevas carpinterías en puerta y ventanas. Asimismo, se ha colocado en el exterior un panel informativo que da cuenta del origen de la torre y del funcionamiento de la telegrafía óptica en España.

La torre de Basaluze, conocida en Altsasu como el castillo, formaba parte de la línea de telegrafía óptica que enlazaba Madrid con Irún. Incluida en el Inventario Arqueológico de Navarra, comenzó a construirse en 1844 y entró en funcionamiento en 1846 con uso exclusivamente militar. Pero su vida fue corta por la instalación del telégrafo eléctrico y se dejó de utilizar en 1855. En Navarra había otras dos torres de esta línea ideada por el coronel José María Mathé, con 52 estaciones en total. Otra estaba en Ziordia, a 4.696 metros de la de Basaluze, y una tercera también en Altsasu, a 4.173 metros, en el término de Engara. Sólo continúa en pie la de Basaluze.