Los graves incidentes que se produjeron el sábado a la noche en Mendillorri tras la celebración de los no carnavales han elevado la tensión en el barrio. Los altercados -cargas policiales, uso de spray pimienta, quema de mobiliario urbano y lanzamiento de botellas a los agentes de la autoridad- terminaron con la detención de un joven, como autor de un delito de desobediencia, resistencia y atentado a la autoridad, que pasó la noche en el calabozo y fue puesto en libertad este domingo por la mañana.

Armando López, presidente de la Asociación de Vecinos y Vecinas de Mendillorri, lamentó los disturbios que se produjeron el sábado por la noche: "Fueron muy desafortunados y a nadie gustan, pero Mendillorri es un barrio pacífico y tranquilo". Armando explicó que el sábado los jóvenes "estaban en unos no carnavales contenidos y respetando todas las medidas de seguridad". Según narró, hacia las 20.45 horas, los agentes de Policía Foral se presentaron en la terraza del bar Maiona "sin ninguna justificación y se llevaron arrastras a un chaval que se había levantado de la terraza para fumar y estaba manteniendo la distancia de seguridad".

Acto seguido, un grupo de jóvenes se levantaron y recriminaron la acción a los agentes de Policía Foral. "Si les pinchas, saltan. Lo del sábado fue la chispa que encendio la mecha", señaló. El representante de la asociación añadió que "está bien que haya policía por el barrio, pero la actitud de las últimas semanas no son las maneras de acudir a los lugares. Vienen de muy malas maneras y no ha habido ningún motivo para tal presencia policial". En alusión a una redada policial que hubo hace una semana en otro establecimiento hostelero en la parte alta del barrio.

Varios colectivos han convocado para el próximo viernes una concentración contra lo que consideran "elevada" presencia policial en el barrio. El acto había sido anunciado antes de los disturbios del sábado, pero tras ellos se prevé que la protesta sea más numerosa.

Malestar vecinal

Por otro lado, vecinos y vecinas de Mendillorri han mostraron su "profundo malestar" por la actitud de algunos jóvenes. "En uno de los bares, estaban todas las mesas de la terraza ocupadas, pero aún así muchos estaban bebiendo de pie", lamentó otro. "No pueden terminar a botellazos. Me han roto la luneta del coche", criticó otro vecino. Los vecinos tambien recriminaron actitudes pasadas, como cuando 400 jóvenes acudieron a un botellón que se celebró en el lago del barrio.