- Jon Olmedillo, 34 años, natural de Alsasua, trabaja junto a la familia de su mujer en los mercadillos de la Comarca de Pamplona, donde cuentan con un puesto en el que venden quesos, chistorra, miel, membrillo, huevos y hasta bacalao. "A los mercados acudimos mis suegros, mi yerno y yo, aunque hay dos días que vienen otras personas a ayudarnos. Adquirimos la mayoría de los alimentos de la Sakana, ya que vivimos en Arbizu".
Explica que se levanta a las 5.30 horas de la mañana, para preparar todo y llegar pronto a los mercadillos: los martes en Barañáin, los miércoles en Burlada, los jueves en Villava, los viernes en Tafalla y los domingos en Landaben. "Durante 40 años los padres de mi pareja iban a la Txantrea, pero ya no vamos", sostiene.
Olmedillo se unió al negocio familiar hace 9 años, cuando su actual pareja y sus suegros le animaron a probar después de haberse quedado sin trabajo como fontanero debido a la crisis.
Cuenta que antes de 2012 nunca había vendido de cara al público. "Soy de un pueblo pequeño, donde igual somos más cerrados, pero poco a poco empecé y me gustó". Ahora por ejemplo, asegura que el mercado no lo cambia por nada del mundo.
"Al final es un mundillo, para mí es muy bonito. Conoces a mucha gente, he hecho a un montón de amigos en el mercado, es una venta muy cercana, no es igual tan frío como un supermercado de grandes superficies, también haces amistad con los productores que te llevan al producto a casa", sostiene.
Asegura que los bisabuelos y la abuela de su mujer, Erkuden, ya se dedicaban a la venta de alimentación. "Los bisabuelos tenían ovejas y se dedicaban a vender queso, luego el negocio pasó a la abuela, que además se dedicó a la compra-venta, en el comercio del Casco Viejo de Pamplona y en el Ensanche. Pero ninguno trabajaba en mercadillos", añade.
"Alguna vez acudieron a los mercados de Tolosa y Ordizia, donde llevaban corderos y alubias, que eran productos típicos de mercadillo de la época", apunta.
Olmedillo explica que todos sus productos tienen el mismo éxito. "La chistorra es Razkin, de una carnicería de Arbizu que tiene mucha fama. Los quesos son de la zona, aunque ofertamos manchegos y de cabra para tener un poco más de variedad. En Semana Santa, Navidad y San Fermín, por ejemplo, el bacalao se consume muchísimo", detalla.
Sobre los precios, señala que "la chistorra está a 10,50 el kilo, el desmigado a 7,60 el kilo, y los tacos de bacalao a 12,99".
Por otro lado, califica como "dura" la situación que los tenderos de mercadillos vivieron durante el confinamiento. "Cuando empezaron a sonar los móviles hace un año de que nos cerraban los puestos nadie lo entendía. Lo que no entendíamos era que grandes superficies de alimentación estaban abiertas y nosotros que éramos alimentación en espacios al aire libre nos iban a cerrar", declara con resignación, pero asegurando que "también es verdad que cada uno mira por lo suyo".
Su mujer y su nuera, cuenta, decidieron entonces crear una página web y ofertar el género que tenían almacenado en su casa. "Estuvimos mes y medio vendiendo a domicilio para sacar el producto que teníamos, pero luego ya una vez que recuperamos los mercados, no nos sobraba tiempo para vender on line y paramos", informa.
Manifiesta que al volver de la cuarentena les costó volver a coger el ritmo de antes, y que todavía no lo han recuperado del todo. "Con las restricciones se ha notado que la movilidad de la gente es un poco menor, y además algunas personas tienen miedo de salir donde hay gente, y por todo esto ha costado un poco volver a la normalidad. Ahora todos estamos un poco a la expectativa del día a día", agrega.