La calle como punto de encuentro, como lugar de reunión y como espacio para leer, escribir, pensar, cantar o bailar; cualquier excusa es buena. Con esta premisa Maialen Akizu, joven de 25 años de Urretxu, se ha embarcado en una aventura literaria que le ha traído a conocer muy de cerca Andosilla, Lodosa, Mendavia y Sartaguda.

El proyecto Geruretik Sortuak de Udalbiltza, cuenta esta socióloga con máster en Cultura y Política y en Feminismo (y que ahora arrancará una tesis en Cultura y Género), lanzó un proyecto para potenciar la cultura y el euskera a través de la literatura, el teatro y los cortometrajes. Ella, bertsolari, lectora desde pequeña y amante de la escritura, presentó una idea sobre las plazas de los municipios y sobre sus usos y nexos de unión que interesó a los organizadores.

La idea, insiste Akizu, “es ir entre dos y tres semanas al lugar o lugares que ellos deciden para sumergirte de lleno y después, en mi caso, escribir un cuento corto o mircrorrelatos sobre estos sitios. Me seleccionaron y después me dijeron dónde iba a ir. En Lodosa había estado en un toro con soga y en Sartaguda también, sin embargo Andosilla y Mendavia no conocía”.

La idea de la plaza fue readaptándose, cuenta, y decidió lanzarse a lo que aquí llamamos ‘la fresca’. “Es una excusa para estar en la calle, sacar la literatura y la figura del escritor de la habitación; he leído, escrito y hecho vida en la calle”.

Esta iniciativa, eso sí, ha sido posible gracias a la implicación de cuatro asociaciones locales; Lodosa Bizirik, Nafarroa Aurrera (Sartaguda), Andosilla Herriko Gazteak y Mendabiako Euskara Taldea

“He estado encantada, para mí es muy importante dónde hacemos las cosas; los personajes y las conversaciones están en la calle”.

Alternando localidades, ha estado en la piscina, en el hotel, en los bares, ha acudido a los actos que había en cada municipio, ha hecho entrevistas y ha visitado los lugares más emblemáticos.

La inmersión, cuenta, “ha sido increíble; me han tratado con mucho cariño y mimo, he sentido mucha empatía y todos me querían contar cosas. Como socióloga este proyecto es también muy interesante. Estas han sido mis vacaciones y no las cambio por nada”.

En Mendavia, le ha “alucinado” la cantidad de fábulas que hay en la casa consistorial y de Andosilla destaca que Herriko Gazteak “es muy potente. Además, donde yo vivo el txistu lo toca gente mayor, no hay relevo generacional, y aquí hay un grupo joven y consolidado, y hay mucha gente que quiere visibilizar el euskera”.

En Sartaguda, “vi desde el principio que la memoria histórica tiene mucho peso y que son gente con las ideas muy claras, mientras que en Lodosa me he dado cuenta de que son súper lodosanos; me han parecido muy abiertos, con conversaciones muy dispares y naturales, y es algo que pongo en valor. Nosotros somos más íntimos”.

Reposo y escritura

Ahora tiene que reposar y asentar toda la información antes de entregar el primer borrador de su cuento o pequeños relatos a finales de septiembre. “Es la primera vez que participo en un proyecto de estas características, siempre escribía con motivo de algún certamen o concurso, aunque la verdad es que me lo paso muy bien escribiendo. Como no sabía qué material iba a lograr, ahora tendré que ver cómo hilo todo; si las historias se cruzan entre sí, si todas tienen un hilo conductor, etcétera”.

Maialen, además, cree que esta vivencia no se quedará solo en el cuento que publicará y presentarán a lo largo del año que viene sino que quiere sacarle más partido. “Los paisajes me han llamado mucho la atención, me han inspirado mucho y también me gustaría destacar que hay gente muy diversa, diferentes modos de estar y de vivir. Parece que la literatura euskalduna si no está ambientada en Donostia no tiene caché pero en un mercadillo, como aquí, puede haber grandes historias”.

En este sentido y en cuanto al euskera, idioma en el que escribirá su obra, “he visto que, en algunos casos tanto el Ayuntamiento como las asociaciones intentan darle visibilidad y potenciar el bilingüismo. Creo que hay que romper con los estereotipos que vienen de la mano de esta lengua y creo que con este proyecto se puede conseguir; hay gente muy comprometida con el euskera, con sus valores, con el hacer pueblo y con la memoria pero aún queda mucho camino por andar. Es importante que no solo el euskera se fomente sino toda la cultura, las tradiciones y las vivencias”.