Electrificar Pamplona para reducir el impacto que suponen las emisiones contaminantes. Este es el objetivo que se ha marcado el Ayuntamiento con la vista puesta en 2030, cuando ya estarán en vigor las directrices de la Unión Europea sobre medioambiente, que entre otras disposiciones supondrán el final de los motores de gasolina y diesel.

Para entonces, las ciudades habrán tenido que adaptarse a las nuevas necesidades vinculadas a los consumos energéticos y a la movilidad, como lo están haciendo los fabricantes de turismos, conocedores de que la combustión tiene los días contados y que el futuro del sector pasa por las baterías eléctricas.

El cambio que se avecina en es monumental y no ha hecho más que comenzar. Si el desarrollo de los carriles bici -aunque muy tardío en esta ciudad- ha permitido dibujar la fisonomía que tendrá la Iruña del futuro, lo que queda por venir supondrá una transformación integral en términos de sostenibilidad.

En este sentido fueron algunas de las reflexiones que salieron a relucir con motivo de la reciente constitución de la Mesa de la Movilidad Eléctrica de Pamplona, que ha impulsado el Ayuntamiento junto a la empresa que gestiona el sistema de recarga para turismos eléctricos, Vilalta.

En estos momentos existen 46 plazas de recarga en la vía pública, a las que hay que unir las 23 tomas autorizadas en los aparcamientos subterráneos de rotación, que son también de acceso público; y otros tres puntos de recarga que son gestionados directamente por el Ayuntamiento en la antigua estación de autobuses, Civivox San Jorge y C.P. Buztintxuri.

Los usos, según explicó el product manager de Vilalta Green Energy, Pere Joan Vilalta, no son muy numerosos en estos momentos pero "somos optimistas en cuanto al futuro porque están funcionando muy bien y el crecimiento del parque eléctrico va a ser exponencial. En realidad es una inversión de nuestra empresa pensando en el futuro".

Durante la presentación de la Mesa de la Movilidad Eléctrica se abordaron otros temas, como los equipos de recarga, tipos y su futuro; el carsharing como nueva forma de movimiento sostenible; el futuro del automóvil, o la Estrategia de Transición Energética y Cambio Climático 2030 y actuaciones recientes en la movilidad eléctrica en Pamplona.

El concejal delegado de Proyectos Estratégicos, Movilidad y Sostenibilidad, Fermín Alonso, se refirió al impulso municipal a la sustitución de combustibles fósiles por energías renovables en el transporte y edificios públicos e hizo referencia a la inminente puesta en marcha del sistema de bicicleta eléctrica, con al menos 400 bicis de pedaleo asistido y 42 bases repartidas por la ciudad.

"La sustitución progresiva de coches de combustión convencional por vehículos eléctricos, junto a las medidas que favorecen caminar, desplazarse en bicicleta y utilizar el transporte público en desplazamientos cotidianos, contribuye a evitar el cambio climático y a garantizar una ciudad limpia y saludable" comentó el representante municipal de Navarra Suma.

En el ámbito comarcal, la Mancomunidad contará para 2024 con 26 vehículos eléctricos, lo que supondrá el 94% de la flota ordinaria de villavesas. Lo previsto por la MCP para ese año es incorporar 30 nuevos autobuses eléctricos, que se sumarán a los 6 que operan desde 2019 en la Línea 9 (UPNA-Renfe).

Las explicaciones técnicas sobre los sistemas de electrificación corrieron a cargo de Rosendo Ferrer-Dalmau, director comercial de Electric Vehicle Chargers de Ingeteam, la empresa que ha desarrollado los aparatos de recarga colocados por Vilalta.

En su opinión, Pamplona se encuentra en un buena posición de partida (20 puntos de recarga por cada 100.000 habitantes) y considera necesario mantener el impulso.

en la periferia En concreto, Ferrer-Dalmau abogó por instalar más puntos de recarga en la ciudad, habilitar espacios de carga rápida y ultrarrápida en la periferia para coches, autobuses, camiones o vehículos de último kilómetros y el desarrollo tecnológico para mejorar los sistemas de almacenamiento, de carga inalámbrica o V2G, el dispositivo que permite vender la energía de un vehículo eléctrico o híbrido cuando no se use.

La voz de los fabricantes de coches correspondió a Paula Cajaraville, coordinadora de la estrategia Produce.Together y Sostenibilidad de Volkswagen Navarra.

La firma alemana planea para 2030 que la proporción de vehículos eléctricos de batería aumente al 50%, mientras que en 2040 casi el 100% de los vehículos nuevos de la firma alemana serán cero emisiones.

En términos europeos, Cajaraville aludió a la norma Euro 7, que para 2025 podría acabar con una gran parte de los motores de gasolina y diesel, y al proyecto climático que prepara la Comisión Europea para 2035, cuando la prohibición será total.

El último en intervenir fue Javier Zardoya Illana, responsable de la Agencia Energética del Ayuntamiento. Explicó que la factura anual de Pamplona por el consumo energético llega a 488 millones de euros, lo que representa un gasto por habitante de 2.421 euros.

En términos absolutos, el consumo de la ciudad se situó en 4.551.325 megawatios hora (Mw/h), según los últimos datos disponibles de 2018, con una emisión de gases contaminantes alrededor de 1.128.000 toneladas de CO2 equivalente, que se espera rebajar a 860 toneladas. Por último, aludió al proyecto en la estación de autobuses, que funciona como una fotolinera, y a la microred de Irache.