La calzada de Bernoa, un camino de herradura de origen medieval que utilizaron los arrieros y trajineros hasta el siglo XIX para el transporte de mercancías entre el interiory la costa, es el eje del el GR323, un nuevo recorrido homologado que pone en valor la figura del arriero, fundamental para el desarrollo del valle, y que ha sido promovido y acondicionado por los ayuntamientos de Etxarri Aranatz, Bakaiku, Iturmendi y Urdiain.

Cuenta con 64 kilómetros de senderos balizados, con dos etapas principales, 11 variantes, 4 derivaciones y un recorrido circular en cada pueblo, según explicó Paqui Urbitarte, de la Agencia de Desarrollo de Sakana, coordinadora del proyecto. Asimismo, recordó que algunos tramos fueron recuperados por vecinos en auzolan y también en los campos de trabajo llevados a cabo desde 2015 en colaboración con la ONG DeAmicitia. Al respecto, destacó que este proyecto se sustenta sobre un amplio apoyo social y un riguroso cuidado del medio ambiente, dado que en parte atraviesa una zona ZEC y se han tenido en cuenta las actividades tradicionales, sobre todo la ganadería y el aprovechamiento forestal, y la conservación de la flora y la fauna.

La presentación fue este pasado jueves en Etxarri, junto al puente Urbijotzendenzuye, con la presencia de representantes de los cuatro ayuntamientos promotores además de la Asociación Turística Bidelgun, Cederna Garalur, Ayuntamiento de Ataun, Federación Navarra de Deportes de Montaña y escalada y vecinos de los pueblos.

Un recorrido circular para hacer en dos etapas

La primera etapa, entre Etxarri y Urdiain, es de 18,5 km y un desnivel de 782 metros; una salida montañera para disfrutar de un entorno boscoso, con robledales centenarios y hayedos bien conservados por sendas estrechas que permiten adentrarse en el camino de la historia, con dos paneles interpretativos. Uno es sobre la labor de los arrieros y el otro sobre el fusilamiento del coronel liberal Sebastián Fernández de Leceta, más conocido como Dos Pelos y sus hombres en 1822. Los desvíos opcionales llevan a la ermita de San Adrián, en Etxarri y a la cima de Intxusburu.

La segunda etapa, entre Urdiain y Etxarri, es de 14,6 km y un desnivel de 804 metros "es muy montañera y bellísima, con unos paisajes que sorprenderán a más de uno", destacó Igor Erbiti, director de la obra. Arranca en la plaza de Urdiain con subida hacia sierra de Urbasa. "En este precioso puerto se acumula prácticamente todo el desnivel positivo y posteriormente se va llaneando por una ancha loma ya en la sierra, pasando por la cima, ermita y refugio no guardado de Santa Marina". Tras una suave subida, continúa hasta la cima de Baiza para después comenzar a bajar a Etxarri por su puerto. "En este tramo se aprecia la mano del hombre, que esculpió sobre la roca caliza para subir el ganado a la sierra", apuntó, al tiempo que destacó la gran belleza de las vistas panorámicas que se disfrutan desde lo alto de Urbasa. Los desvíos opcionales de esta segunda eta van a Iruaitzeta y San Adriango baseliza.

Los tracks del recorrido para dispositivos GPS se pueden descargar en la web www.sakana.eus/gr-323-bernoa, donde también se encuentra la información disponible de los paneles informativos e interpretativos del recorrido y un tríptico. También en el buscador de senderos de la Federación Navarra de Deportes de montaña y escalada http://senderos.nafarmendi.org.

La calzada de Bernoa, a camino del interior y la costa

La calzada venía de Ataun, en Gipuzkoa y continuaba hasta Baquedano, donde enlazaba con el camino de la Ribera, un camino de piedras que en parte ha desaparecido bajo pistas y carreteras más modernas. Hasta la fecha se han recuperado diferentes tramos. En el caso de Urdiain se recuperó todo el trazado que va hacia Ataun y en Etxarri Aranatz son en torno a 700 metros de calzada. Asimismo, en Bakaiku e Iturmendi todavía queda calzada por recuperar.

Se trata de unos caminos con piedras grandes en los extremos y otras menudas en el medio, con una especie de columna vertebral en algunos tramos, también de piedras del río. Esta calzada, como otras cercanas, sirvió de cauce para mejorar la vida de los pueblos de Burunda fruto del desarrollo del comercio y la arrería, sobre todo a partir del siglo XVII, tal y como recoge Nicolás Arbizu en su libro Arrieros trajineros en la Burunda de Navarra. Debido a lo accidentado del terreno, el género se llevaba en el baste de los mulos. De los puertos del Cantábrico se traía aceite de ballena, azúcar, tabaco y telas finas, mientas que del valle de Ebro se llevaban trigo, pellejos de vino, lana y otras mercancías como madera de los bosques. La primera referencia documental de la que se tiene constancia data de 1208, en los Fueros de Burunda.

Con el traslado de las aduanas al Pirineo en 1841, y las continuas guerras que se sucedieron en el siglo XIX, el interés comercial de esta calzada comenzó en declive, quedando reducido a un uso local. Así, el bosque fue devorando poco a poco estos senderos cargados de historia.