Las obras de rehabilitación en el baluarte de Parma y en su batería baja avanzan al ritmo previsto. Este miércoles los miembros de la Comisión y la Gerencia de Urbanismo del Ayuntamiento de Pamplona, con el alcalde Enrique Maya, han visitado el elemento fortificado para ver el estado de la ejecución y recibir las explicaciones de los trabajos tanto de los técnicos municipales que realizan el seguimiento, como del equipo redactor el proyecto y dirección de la obra, los arquitectos Marta y Miguel Monreal Vidal, así como de los responsables de las obras, Construcciones Leache.

En el transcurso de las obras se ha producido un hallazgo que continúa completando el trazado original de la fortificación del Pamplona: en el foso entre el baluarte bajo y el muro al que se enfrenta, ha aparecido un arco de ladrillo que sería el último tramo del "puente durmiente" (estructura fija que se eleva sobre el foso y se cimenta sobre el terreno) que habría dado acceso al puente levadizo del Portal de Rochapea, ha informado el Consistorio en una nota.

Esta rehabilitación comenzó en septiembre y supone el finalizar con las obras de restauración del conjunto fortificado de la ciudad, cerrando un ciclo de varias décadas de trabajos recuperación del conjunto patrimonial que forman la Ciudadela y las murallas de la ciudad. El recinto amurallado y el Casco Antiguo están calificadas como 'Conjunto histórico-artístico' desde abril de 1968, y concretamente las murallas, son bien patrimonial del Consistorio con categoría de Bien de Interés Cultural (BIC) según el Plan Municipal.

Estas obras tienen de presupuesto 904.225 euros, pero el Ministerio de Transportes Movilidad y Agenda Urbana se hará cargo de 646.375 euros (65% del total) a través del programa de ayudas '1,5% Cultural'. La intervención, que tiene de fecha de finalización prevista finales de junio de este año, es parte de los objetivos del Plan estratégico de ciudad (Estrategia 2030) ya que, además de la recuperación y conservación del patrimonio cultural de la ciudad, incidirá en la mejora del paisaje urbano y, más concretamente, del Casco Antiguo y del Parque Fluvial y en el posicionamiento turístico de la ciudad, con la correspondiente incidencia en el crecimiento del empleo en el sector.

EL "PUENTE DURMIENTE"

A lo largo de las obras en la batería baja, concretamente a la altura del foso, se ha hecho un hallazgo: la aparición de un arco de ladrillo que, según los estudios, podría ser el último arco del "puente durmiente" que conectaba, como una pasarela, con el tablero del puente levadizo que cerraba la parte más exterior del portal de Rochapea. Este hallazgo ya ha sido revisado sobre el terreno por los técnicos de la institución Príncipe de Viana.

Un puente durmiente es un elemento longitudinal construido sobre el foso y en el que apoya el tablero del puente levadizo que da acceso a una puerta. El puente, formado por arcos de ladrillo y cimentado sobre el terreno, sería la parte fija de la pasarela que da acceso a la puerta, como sucede con el acceso a la Ciudadela por el puente de la Puerta del Socorro.

El portal de Rochapea, eliminado a principios del siglo XX (1915) por las protestas ciudadanas sobre la accesibilidad al centro en carros y vehículos a motor por la cuesta que ahora se llama Bajada del Portal Nuevo, era una de las puertas que permeaba el recinto fortificado y permitía también cerrarlo y el cobro de los "portazgos" (impuestos sobre mercancías que accedían a la ciudad). Según los estudios esa puerta habría tenido una configuración "gemela" al Portal de Francia, con dos puertas consecutivas en ángulo, y también habría estado dotada de los engranajes necesarios para realizar la 'Maniobra Derché'. El escudo de Carlos V, original de esa puerta, se trasladó en su momento y hoy se puede apreciar en el Portal Nuevo que realizó en 1950 Víctor Eusa.

El arco aparecido se ubica en el encuentro entre la Cuesta de Santo Domingo y la calle Bajada del Portal Nuevo y para descubrirlo hicieron falta tareas de excavación.

RECONSTRUCCIÓN DE CINCO CAÑONERAS

En estos momentos ya se han reconstruido "con técnicas modernas, aunque respetuosas con la construcción original", los bordes de las 5 cañoneras, además de parapetos y troneras, cuyos vestigios fueron encontrados tras la retirada de la importante cantidad de vegetación que ocultaba el baluarte bajo (Corralillos). Las fábricas de sillería de esos elementos se han rematado con piedra tipo Ezcaba (calcarenita) con acabado abujardado, similar al existente y, en su parte interior, con ladrillo antiguo colocado a sardinel.

También se ha rejuntado la fábrica de piedra con la misma mezcla que se ha empleado en todo el conjunto fortificado: agua, cal, arena negra lavada de río procedente de Puente la Reina de Jaca y arena ocre de Andosilla. En estos momentos resta la colocación de la lámina geotextil y el rellenado con una capa de tierra vegetal, para la siembra de una pradera natural, una zona verde sostenible por su escasa necesidad de mantenimiento.

Además, se ha realizado la consolidación de elementos estructurales en la base de ese elemento fortificado recalzando la muralla y realizando aporte de material para la reconstrucción parcial de la esquina y se han recolocado los sillares removidos por las raíces de los árboles en ese espacio. La presencia de vegetación había desfigurado el perfil del elemento de forma que en algunos sitios ya no se apreciaba la configuración original.

TRABAJOS EN LA ZONA SUPERIOR DEL BALUARTE

En estos momentos las obras siguen avanzado, especialmente focalizadas en la parte superior del elemento fortificado, el baluarte de Parma en sentido estricto. Construido a partir del siglo XVI, se encuentra ubicado entre el Archivo Real y General de Navarra y el final del Paseo de Ronda del frente amurallado de Rochapea, frente el edificio de Educación de Gobierno de Navarra.

Ya se ha realizado la limpieza de vegetación de las escarpas del baluarte (zona de lienzos del baluarte que dan al exterior del elemento), se está trabajando en la reconstrucción de las siete cañoneras presentes en ese espacio, por el mismo procedimiento, técnicas y acabado que en la batería baja.

Como en el resto de rehabilitaciones de las fortificaciones de Pamplona, la intervención supone realizar desbroce, picado de juntas y el desmontaje y consolidación de las zonas afectadas y la reposición material en donde sea preciso, para acabar con la limpieza de todos los paramentos y la colocación de Iluminación.