En Valcarlos/Luzaide había una norma no escrita hasta este domingo: cuando una mujer se casaba, se retiraba y dejaba de bailar en el Bolant Eguna, que se ha celebrado en el pueblo tras dos años suspendido por la pandemia. "Era una decisión que tomábamos todas las chicas en el pueblo. Nos hemos animado porque creo que es un baile de todos y que no está prohibido, para nada, volver a salir, aunque, al principio me daba un poco de vergüenza porque voy a estar rodeada de mucha gente joven y tú aquí con tus años", relataba Yolanda Caballero, que este domingo, en el Bolant Eguna, danzó por las calles de Valcarlos tres décadas después. "Llevaba 37 años sin bailar, desde que me casé. Aunque seguí dos años más porque tardé en tener familia. Y aquí estoy otra vez, con 65 años y la ilusión del primer día", señalaba Feli Cantero.

A escasos minutos de regresar a los escenarios, las dos vecinas de Luzaide, a diferencia del resto de dantzaris, no eran un manojo de nervios. "Estoy muy tranquila y he dormido de maravilla. La serenidad y calma que tengo en este momento no la tendrán muchos jóvenes. Estoy más preocupada por mi físico porque los paracetamoles hacen estragos. Sé que tengo unas limitaciones, las voy a cumplir y bailaré los bailes que crea conveniente. No me voy a matar", adelantaba Yolanda. "¿Nervios? Ninguno porque obviamente la edad la tienes ahí y te ayuda. Pero ilusión mucha, igual que hace 37 años", incidía Feli.

Las dos madres estaban muy emocionadas no solo por volver a danzar, sino porque iban a bailar junto a sus hijos e hijas por primera vez, que, además, nunca les habían visto vestidas de gala. "A Sofía y Joseba les enseñé a bailar los pasos en cuanto empezaron a andar. Les ponía en una sillita para que aprendieran a dar bien los golpes con los pies. Además, nunca me han visto bailar con el traje, así que para ellos también va a ser un día muy especial", auguraba Feli.

Tras la actuación en la plaza de Santiago, ambas vecinas de Luzaide adelantaron que la de este domingo no sería su last dance. "Querríamos continuar. En mi caso, si las rodillas me lo permiten, que las tengo un poco crocanti. Si todo va bien, sí, seguiré bailando para que no se pierdan las raíces y porque el Bolant Eguna es el mejor día del año de Valcarlos", defendía Feli.

"Tenemos que empujar e impulsar a la gente que se ha quedado atrás. Debemos animar a los que aún tenemos dentro el gusanillo del baile para que lo saquen y sigan danzando", afirmaba Yolanda, que anhelaba volver a bailar con su grupo de toda la vida: Patxi, Idoia y Peio. "Bailábamos los cuatro juntos siempre", relataba. Quizás, el sueño se haga realidad porque se está gestando un proyecto/iniciativa para que el día de Santiago, 25 de julio, los "veteranos" puedan bailar las dantzas de Luzaide.