Aimar Galán Irisarri es un joven de 17 años de Garde que estudia 4º de la ESO en el instituto Ainariak de Roncal. Cuando tenía 18 meses sufrió una encefalitis necrotizante aguda (con muerte cerebral) y desde entonces, vive su discapacidad física y mental. Si bien esta no le ha impedido crecer, integrarse y ser uno más de su quinta del 2005, es cierto que no puede moverse con autonomía.

Su ilusión es vivir en Garde. Sin embargo, como otros jóvenes de su edad de los valles pirenaicos, el próximo curso se trasladará a Pamplona de lunes a viernes para continuar con sus estudios. Esperará impaciente la llegada del fin de semana para volver al pueblo y disfrutar de su entorno y del frontón, que le apasiona. Pero poder desplazarse con autonomía y seguridad, y correrse las juergas con sus amigos, necesita urgentemente una bicicleta eléctrica que le permita moverse libremente.

El instrumento que usaba hasta ahora ya no le sirve. Es inseguro y ya se ha caído varias veces de él. "Es por su crecimiento. Con el desarrollo se ha modificado su centro de gravedad y ahora tiene que coger y hacerse al de su nueva estatura. Pedalear le ayuda a su recuperación", explica su padre, Ricardo Galán.

En el instituto Ainariak de Roncal, donde cursa 4º de la ESO, lo detectaron de inmediato. "Era necesario conseguir un instrumento para que Aimar pudiera seguir el ritmo de sus compañeras y compañeros. "Empujado por sus amigos se movía en las cuestas con el que tiene, pero ya se había caído varias veces y vimos que necesitaba algo más estable, una bici eléctrica. Hablamos con su fisio para adquirir la más adecuada. Y vimos también que era carísima", recuerdan.

Había que conseguir más de 6.000 euros y era cosa de todo el valle. Se lanzaron pensando en obtener la mitad vía redes y el resto, con otras iniciativas. Hoy celebran en el centro el espectacular resultado de su iniciativa: prácticamente lo lograron en cuatro días. La generosidad se multiplicó con rapidez, acompañada de emotivos mensajes para Aimar y para su padre. "Ha sido una locura, se ha volcado todo el mundo con donaciones generosas y emocionantes. Una implicación sin precedentes que ha hecho que este sea un año muy bonito. Sentimos que todo el valle está deseando ver a Aimar con su bicicleta eléctrica", expresa el colectivo profesional.

La bici llegará en junio, como la guinda de fin de curso. No será la definitiva, si no un modelo de prueba hasta que reciban la oficial. Habrá despedida a lo grande. "Nos da pena que se vaya, pero queremos lo mejor para él y en el centro de Isterria (Ibero) estará bien", apuntan sus profesoras, que han visitado el centro donde se formará a partir de septiembre.

Esta implicación profesional, el trabajo por la inclusión, la familia y el abrigo de la amistad han contribuido al afán de superación del joven, afirma Ricardo, al tiempo que agradece la iniciativa. "Los proyectos solidarios siempre nos emocionan y estamos muy agradecidos al profesorado y a todo el valle por su respuesta. Aimar necesita de una actividad física para no emperorar" argumenta.

Ricardo y Aimar viven "mano a mano" en Garde desde 2010, con ayuda de empleadas de hogar. Ricardo cambió 13 años de servicios múltiples en el ayuntamiento por un trabajo de autónomo de operario de maquinaria de excavación. "Me permitía estar más tiempo con Aimar".

Hace cuatro años, con 50, barajó la posibilidad de trasladarse a vivir a Pamplona. "Me retuvo su integración en Garde y en el valle, donde él quiere vivir". Ricardo no olvida el consejo del neuro pediatra, Juan Narbona: "Lo más importante es que Aimar sea feliz".

Eternamente agradecido a este especialista y a Rafael Aguilera, al colegio Julián Gayarre, "con todas sus barreras y la suerte salvaje del joven profesorado vocacional que nos ha tocado". Da gracias también a la familia y amigos, que les ayudan a olvidar "los 64 días negros de médicos", las costosas sesiones privadas de rehabilitación porque "la oferta pública no es suficiente. Nos queda mucho camino para andar en la discapacidad", lamenta. Pero hoy prevalece la alegría de Aimar, a punto de estrenar su bicicleta.