se inauguraba la denominada pasarela de Labrit, siendo Yolanda Barcina alcaldesa de Pamplona y Enrique Maya su mano derecha. Faltaban 6 meses para las elecciones, y la prisa electoral provocó que se saltaran la preceptiva prueba de carga, que hubiera detectado los fallos de la estructura. De hecho, tan solo 6 años después, en 2016, el desprendimiento de chapas metálicas, absolutamente podridas, obligó al gobierno de cambio a cerrar la pasarela, que no se abriría más hasta el día de hoy. El equipo del señor Maya, muy preocupado por el desdoro que ello suponía para su líder, dijo entonces que la pasarela no tenía en realidad nada, y que podría abrirse en 24 horas, sin ningún género de problemas. La fotografía, obtenida por el gran Patxi Cascante en aquellos primeros años de existencia de la pasarela, muestra la infraestructura en toda su magnificencia, “volando” airosamente sobre la cuesta de Labrit. La corrosión, no obstante, le estaba ya comiendo las entrañas...

más allá de la dificultad de repetir la foto exacta, lo realmente trabajoso es poder fotografiar algo más que plásticos, lonas y andamios. Y es que la vuelta a la alcaldía de la derecha evidenció la falsedad de su discurso. Y en contra de lo que irresponsablemente habían afirmado, quedó patente que los informes técnicos encargados por el ayuntamiento de cambio acertaron al decir que la pasarela de Labrit tenía gravísimos defectos de diseño y ejecución, que obligaban a intervenir de urgencia para evitar que colapsara. El señor Maya, obsesionado con arreglar aquella ruina a cualquier precio y sin desmontarla, lleva ya gastados en ella más de 900.000 euros, cuando nueva costó 670.000. Tal cual. La fotografía muestra la pasarela apuntalada y sujeta por andamios, mientras se trabaja en reparar los cimientos. Y a la izquierda, asomando por encima de los árboles de la Media Luna, vemos otro de los emblemas de la alcaldía del señor Enrique Maya: el desastre de Salesianos.