Las cinco excavaciones que durante una semana y media se han realizado en diversos parajes del término municipal de Tudela por integrantes de la Sociedad de Ciencias Aranzadi no han dado los frutos esperados y en ninguna de las cinco se hallaron ningún tipo de resto humano. El pasado martes concluyeron los trabajos, que contaban con la colaboración del Instituto Navarro de la Memoria del Gobierno de Navarra. Los lugares en los que se ha estado buscando, siguiendo varios testimonios diferentes, han sido en los términos conocidos como Paretón y la Majada de las Vacas, además de junto a la Blasa de Pedro Gómez y en dos lugares del Monte de Santa Quiteria. Desde el Instituto de la Memoria, Manolo Ibáñez, jefe de la sección de Memoria de la dirección general de Paz, señaló que cada vez es más difícil encontrar restos ya que “los testimonios ya no son directos, sino que procede de terceros”. En algunos de los casos de Tudela se avisó de la fosa hace años pero pasó el tiempo sin que, por diversas causas, se hiciera nada. En otros, a tratarse de campos cultivados o de encontrarse cerca de infraestructuras viarias es posible que se vieran afectados por el movimiento de tierras de las obras.

A las cinco posibles fosas se llegó por testimonios que habían ayudado a fijar las fosas. Alguos de ellos señalaban que “una persona llevaba flores periódicamente a este lugar, especialmente cuando se acercaba el 14 de abril y las dejaba en una estela de la que hoy solo quedan trozos rotos” (Santa Quiteria); “este lugar se usó como lugar de fusilamiento y vista la distancia de cualquier otro lugar podría indicar que también fue lugar de fosas. Usaban la estructura que existe para realizar los disparos” (Paretón); “su padre encontró restos humanos trabajando el campo y lo que parecía una fosa” (Majada de Vacas) o que su padre fue testigo del enterramiento de varios fusilados.