Hacía tres años que Elizondo no celebraba las fiestas de Santiago, y los días anteriores a fiestas se notaban las ganas en el pueblo, ganas que se multiplicaron este domingo a pocos minutos de lanzarse el chupinazo que daría comienzo a tan esperadas celebraciones. El sol tampoco quiso perderse la cita, y desde primera hora comenzó a calentar el ya de por sí caluroso ambiente que se respiraba en torno a la Plaza de los Fueros de Elizondo, repleta de público, una multitud que no se recordaba, y que puede ser a causa de diferentes motivos, por una parte las ganas de la gente por volver a vivir las fiestas tras tres años, por otro lado, que la víspera a tocado este año en domingo, y por último, el buen tiempo. 

Sami Ouady, de pie 3º, con sus compañeros de clase, y Teresa Motos, 5º por la izquierda Ondikol

La gente se agolpaba alrededor de los gigantes, mirando al edificio de la plaza, desde cuya terraza se lanzaría por primera vez el primer cohete, que hasta ahora se lanzaba a pie de plaza. En la terraza, los dos chupineros, Sami Ouady Dyian, el ganador del concurso de dibujos vivía los minutos previos al chupinazo acompañado por sus compañeros de clase, y Teresa Motos Izeta, medallista de oro en las olimpiadas de Barcelona ’92. 

A las 12.00 horas Sami y Teresa prendieron el primer cohete y comenzó la fiesta. La txaranga local Tuku-tuku empezó a tocar la primera pieza de las fiestas de Santiago, al que siguieron los compases de gaita de Elizondoko Gaiteroak y Baztango Gaitariak y los txistus de Baztango Xulubitariak. Tras las primeras canciones, la comparsa de gigantes comenzó su primer pasacalles, seguida por los más pequeños, ilusionados por volver a vivir una kalejira con sus personajes favoritos de las fiestas. 

Mientras, los que se quedaron en la plaza degustaron las típicas Baztan Zopak. l