Decenas de personas se reunieron el viernes en La Plazuela de Lodosa, un espacio que será declarado Lugar de Memoria Histórica, para participar en un breve acto de justicia y reparación centrado en las 133 personas asesinadas en el municipio tras la sublevación de 1936 así como para inaugurar la instalación artística de Alberto Odériz que homenajea al circo Anastasini. Y es que esta plaza acogió una única función de este circo ya que, el mismo día que dio comienzo la contienda, sus integrantes desaparecieron de la localidad abandonando los materiales y a los animales.

De acuerdo con el Ayuntamiento, el Gobierno foral, la asociación Gurugú, y el colectivo de Familiares de Fusilados de Lodosa, “era de justicia crear un espacio de recuerdo y homenaje además del que ya existe en el cementerio”.

Contra la desmemoria

La primera en intervenir fue Amelia Resano, de Gurugú, que recordó a los vecinos y vecinas fusiladas y que dejó constancia del contraste que debió suponer la ilusión generada por el circo y la barbarie que después aconteció.

Odériz se encargó de explicar su obra, con alguna piedra que roza las 4 toneladas; y es que no se trata de un monumento o escultura común sino que es parte del mobiliario urbano y ha quedado integrada en la plaza.

En ese momento cantó Miguel Urbiola, que después lo hizo a dúo con su madre, Lourdes Nieto, y acto seguido habló Lucía Ruiz, biznieta de Florencio Duque, fusilado, e integrante de la Asociación Panteón de Fusilados de Lodosa por la Guerra Civil que ha aportado 500 euros para dicha obra escultórica. “Tras aquello quedaron muchas vidas y muchos niños y niñas que ni tan siquiera llegaron a conocer o a tener recuerdo de sus padres en vida. Por eso seguimos aquí, porque esos niños y esas viudas supieron transmitirnos lo que pasó; lo contaron con miedo, pero lo hicieron para que ese horror y ese miedo no vuelvan a suceder. Porque la memoria y las ideas no se entierran”, alegó.

Justicia y reparación

La alcaldesa, Lourdes San Miguel, recalcó que “en una sociedad democrática, libre y responsable, la desmemoria solo se cura con memoria; con verdad, justicia y reparación. Por eso estamos hoy aquí. Los 133 vecinos y vecinas, así como los integrantes del circo, son víctimas de una violencia ilegítima e injusta a las que les debemos la verdad de lo que pasó y la justicia del reconocimiento popular al daño causado”.

Por su parte, la consejera de Relaciones Ciudadanas, Ana Ollo, aseguró que La Plazuela será declarada Lugar de Memoria Histórica en mayo y que “la mayoría de los asesinados solo querían un mundo más justo e igualitario en el que todos y todas tuvieran los mismos derechos. La memoria estuvo oculta y clandestina. Sois las familias las que habéis mantenido encendida la llama de la memoria. Si construimos nuestra sociedad y nuestra convivencia enterrando lo que aquí pasó, flaco favor hacemos a las nuevas generaciones”.

El acto acabó con un aurresku de honor.