La espera para que la rehabilitación del Palacio de Arce sea una realidad se acorta. Hoy es el día que cuenta con el 30% del proyecto ejecutado de unas obras cuyo transcurso pudo constatar ayer en su visita el vicepresidente, José María Aierdi, titular de la consejería de Ordenación del territorio, Vivienda, Paisaje y Proyectos Estratégicos, departamento promotor de este espacio para el desarrollo territorial del Pirineo.

Imagen actual de la planta superior para usos múltiples del valle.

En su visita a la zona, acompañaron a Aierdi, el director general de Proyectos Estratégicos, Rubén Goñi, el alcalde del Ayuntamiento del valle de Arce, Carlos Oroz, representantes de los concejos, así como de la Mesa del Pirineo, Nasuvinsa y de Red Explora entre otros. Juntos obtuvieron de primera mano las explicaciones técnicas de la arquitecta Verónica Quintanilla Crespo y de Roberto Sanz, de la empresa constructora Maldadia, S. L (COMAL). Son profesionales que se han marcado el reto de lograr una intervención justa para mantener en lo posible la esencia del edificio, y ponerlo en contacto con la gente del lugar, “Lo tratamos como un documento histórico para no perder datos . Recuperamos todo lo posible en piedra y madera y se restaura a la manera tradicional. Se trata de que sea un referente para todos los habitantes del valle y de recuperar la vinculación afectiva”, dijo la arquitecta.

La rehabilitación del Palacio de Arce era una de las actuaciones compensatorias incumplidas con el territorio que soporta el embalse por la extinta Fundación Itoiz- Canal de Navarra . De hecho, el primer proyecto se entregó en el 2006 y se abandonó. Se retomó en 2018 para su actualización, que tuvo lugar entre este año y 2021. Finalmente, en 2022 se preparó para su licitación y se adjudicó a la citada empresa por 2,46 millones de euros.

“Este ha sido parte del compromiso del departamento para cumplir con esa deuda con el territorio afectado y paliar su efecto negativo. Es una intervención de cohesión territorial y de recuperación, con un tratamiento que repercute en la esencia de lo que fue y lo pone en valor para la demanda real actual como un espacio singular con especial atractivo que combine gastronomía y turismo”, declaraba el consejero Aierdi, al tiempo que aludía a la implicación de todos los Ayuntamientos, a la actitud proactiva y posibilista que ha hecho posible recuperar el contacto y la confianza. “Esta acción reforzará los vínculos entre los habitantes del valle y la Administración Foral, imprescindibles para avanzar en el desarrollo sostenible de esta zona del Pirineo”, resumió.

Juntos participaron en el acto de enterrar la Caja del Tiempo llena de elementos “para que cuando se abra en un futuro o alguien la encuentre, comprenda la filosofía y objetivos con los que se gestó la idea, la ilusión y el recorrido del trabajo desarrollado”, añadió Verónica Quintanilla.

Enterrada en la base de la torre, la cápsula del tiempo guarda sus aportaciones: criterios generales de intervención desde 2006, imágenes de los pueblos abandonados, el libro de las casas del valle, un corazón tallado en madera, símbolo del cariño de sus gentes, un manifiesto del valle, con el sentimiento de orgullo, apego y esperanza de sus habitantes, leído por el concejal Javier Díez, con la prensa del día y una nota informativa de lo que ha sido el trabajo y la finalidad del proyecto: “El desarrollo territorial por medio de un espacio vivo, que puede atraer mucha actividad”, significó el director general, Rubén Goñi.

FUTURAS INSTALACIONES

El palacio albergará una cafetería, restaurante y salas de usos múltiples, como elemento de dinamización y desarrollo de la zona. El edificio cuenta con dos plantas, más otra bajo cubierta y la superficie construida total alcanzará los 544,5 m2, más 400 de plaza interior.

Además, se restaurará la Casa del Ermitaño, como centro de acogida e información de la zona de baño de Arce, que se habilitará con sala principal, aseos y almacén. La obra, licitada por 680.000 euros y adjudicada a COMAL, se iniciará este mes con un plazo de ejecución de 11 meses. “Estamos deseando que se abra y que sea un motor para el valle”, decía el alcalde Carlos Oroz, con la mirada en el verano del 24.