El Santo Sepulcro, restaurado tras 156 años
LA Cofradía de Lodosa ha impulsado los trabajos de mejora que ha llevado a cabo el lodosano Pachi Roldán en su taller de Pamplona
La Cofradía de Alabarderos del Santo Sepulcro del Calvario ha restaurado por primera vez desde que lo adquieran en 1867, hace 156 años, el paso del Santo Sepulcro, una actuación que, explica uno de los integrantes de la entidad, Javier González, la ha llevado a cabo Pachi Roldán, también lodosano, en el taller de Pamplona.
Y es que, a lo largo de los años, cuenta González, había un grupo de mujeres que se encargaban de barnizarlo y acondicionarlo. “Sin embargo, nos recomendaron hacer una restauración más seria, y la verdad es que creímos que merecía la pena después de tanto tiempo”. Pagada íntegramente por la Cofradía, “no podemos estar más contentos y satisfechos con el resultado; ha quedado perfecto, está como nuevo. De hecho, mucha gente se ha sorprendido al ver los detalles tallados en nácar”.
En enero el Sepulcro y la talla de Cristo dejaron Lodosa y volvieron a finales de marzo; en el taller, cuenta Roldán, “vimos que la madera estaba bastante oscurecida y, al limpiarla, han aparecido en las columnas los símbolos de la Pasión, es muy interesante. Eso sí, lo que más me ha llamado a mí la atención ha sido que el Cristo es articulado. Es una figura barroca, no neoclásica que es lo que le correspondería por tiempo, por lo que creo que es anterior al Sepulcro. Al ser articulado todo apunta a que se utilizaba para autos sacramentales, para la crucifixión y posterior descenso. A nivel personal ha sido muy emocionante por el vínculo con Lodosa y, además, desde la Cofradía han estado en todo momento pendientes del proceso. Estoy muy agradecido”.
Por último, los vecinos han aprovechado para incorporar y atornillar a la madera un breve texto sobre la fecha y la autoría de esta restauración que se suma a otro que ya hay del centenario de la Cofradía.
“Quiero agradecer a la gente d Lodosa la ayuda y la colaboración para que esto se haya hecho posible”, apuntaba González, que aprovechaba para animar a los vecinos a trabar el viernes en la procesión.
Breve historia
La historia de esta Cofradía, explica Javier, se remonta a los tiempos de su abuelo. Y es que Domitilo González Antoñanzas, entre otros vecinos, fundaron la Hermandad de la Santa Cruz en 1860 aunque no es hasta 1962 cuando adquiere el nombre actual. Posteriormente, cuenta este lodosano diario en mano, se incorporaron en el año 2010 el grupo de tambores, justo un año después de estipular unos estatutos en firme.
Con la capilla ya hecha, un espacio de 20 metros cuadrados en el monte Calvario junto al huerto de los olivos, llega en 1867 el Sepulcro que trajeron desde Granada a Calahorra en tren, y desde ahí y hasta Lodosa, se encargaron de portearlo a hombros durante un día entero los Hermanos de la Cofradía; se trata de una talla de en torno a 350 kilos que requiere de un mínimo 8 personas para movilizarla.
En 1942 hay constancia de 13 cofrades y, aunque ahora ya no tienen el mismo papel que en aquel entonces, el número, mujeres incluidas, ha ido aumentado hasta los 190 vecinos que son en la actualidad. Con una aportación de 6 euros al año, entre sus obligaciones están las de atender el Calvario, los gastos de mantenimiento que se ocasionas, y estar presentes en los actos de la Semana Santa.
“Con 80 años que tengo me gustaría que estas cosas no se perdieran por falta de interés. Está claro que la juventud no está ahora mismo por estas cosas, pero al final esta es una costumbre más de nuestro pueblo, una tradición. Deseo que la gente colabore y que se implique”, finalizaba González.
Los músicos
El grupo de tambores, por su parte, ya salió este pasado Domingo de Ramos y hará lo propio hoy a las 22:00 horas (antes era a las 22:30) para realizar el Vía Crucis hasta la capilla. Con 12 músicos; 4 cajas, 4 timbales y 4 bombos en la actualidad, aunque han llegado a estar hasta 19, también saldrán el viernes y, exponen, “el sábado, sobre las 7:00 horas, se sube el Santo Sepulcro de la iglesia a la capilla del Calvario, también en Vía Crucis, pero sin la Cofradía ni los tambores. Es un acto que poca gente conoce y suele hacer falta gente para trabar. Cualquier ayuda es poca”.