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Willy Folk, buena música tirolesa a corta distancia

Alberto Blazkez y Eneko Páez forman WillyFolk un duo de música tirolesa que llena de ambiente bares y plazas donde conecta con el público

Willy Folk, buena música tirolesa a corta distancia

Alberto Blazkez Crespo y Eneko Páez Oreja son dos amigos que comparten, entre otras cosas, su pasión por la música y además, forman Willy Folk, un dúo de música tirolesa.

Vecinos de Barañáin y de la Rotxapea respectivamente, sus vidas se han forjado entre las fábricas en las que trabajan como operarios, y en las calles y escenarios en los que despliegan su afición. Su relación surgió hace 15 años, cuando comenzó su andadura el grupo Ipar Folk (2008).

Páez y Blazkez disfrutan de la amistad y de la música.

En la búsqueda de un violinista, Alberto encontró a Eneko. Congeniaron al instante, a pesar de ser “el sol y la luna”, como el propio Alberto califica. Iniciaron un viaje musical en el marco de Ipar Folk, un grupo emergente que llenaba en Navarra el vacío existente en el campo de la música celta.

Violín, batería, bodhran, gaita asturiana, guitarra, bajo, acordeón y vientos, instrumentos de la música irlandesa tradicional, estuvieron en los inicios. Posteriormente, fueron sustituidos por otros autóctonos como la alboka o la gaita navarra. “Lo hicimos para enganchar más al público que no terminaba de conectar con la música celta que tanto nos atraía a nosotros”, recuerdan. Había mucho terreno por explorar, y en ello emplearon el tiempo que fue transcurriendo entre la creación de nuevos temas y conciertos.

La llegada de la pandemia interrumpió su trayectoria y les impidió seguir pisando escenarios. Entonces se gestó el dúo Willy Folk. Tomaron el nombre de Willy Fog, la serie de dibujos animados (1983). Fue un producto del mono de conciertos. El parón pandémico les alejó del calor del público. Entonces pensaron: “¡Vamos a hacer algo juntos, y cuando se abran las posibilidades, veremos!”.

Ocurrió en octubre de 2021. La primera oportunidad se la brindó un amigo en la sociedad Ipargorri de la Rotxapea.” El primer “fiestón” tuvo lugar entonces en este local, y en las fiestas de 2022 llenamos la calle”, dicen alegres.

Brindis por el futuro de Willy Folk.

Alberto y Eneko habían abierto nuevamente una vía, esta vez con su música tirolesa, su yodeling (técnica vocal de canto de cambios rápidos de tono), con su brindis popular y una cuidada puesta en escena vestida de ambiente del Tirol con un excelente equipo para conciertos de pequeño formato. Su música tirolesa sonaba. “Iba de la mano de la música celta . Las dos son cerveceras. El gancho de la música folk lo habían experimentado en las Oktober Fest de la sala Totem (fiesta de la cerveza) en 2018 y 19. Ese ambiente y el contacto con el público quedó grabado en ellos. Había que seguir tirando del carro y organizar algo. No querían tiempo muerto. Inspirados en la música tradicional tirolesa, adaptando melodías, con arreglos musicales (Eneko tiene formación superior de violín. “Soy un músico que trabaja en una fábrica”, aclara), con nuevas letras y voces, lograron un repertorio divertido. “Invita a bailar y motiva para que se te vayan los pies, con la frescura del directo. Intentamos hacer partícipe al público, de todas las edades, que la gente disfrute ”, desean. Su puesta en escena es un pequeño show. Les gusta el ambiente del bar, ese de distancias cortas porque valoran, sobre todo, el contacto. Y cuando tocan en espacios más abiertos, Alberto se escapa del escenario con su acordeón, a atrapar al público, y allí se queda Eneko, con su violín. (Un lujo, para no perder el foco). “Me abruma, pero comparto su ritmo”, confiesa este convencido.

Vídeo de la Rotxa

En febrero grabaron un vídeo casero sobre la Rotxa, con la ayuda de Mentxu Esteban, rotxapeana, pareja de Alberto, música original e imágenes del viejo barrio conservadas por Alberto. En cinco días consiguieron más de tres mil reproducciones. “Fue una pasada”. El domingo 11 de junio cerrarán las fiestas del barrio. y el 7 de mayo, en la Baifest de Sorauren (13 horas). Seguirán de subidón, gozando con la música. Lo es “todo” para Eneko, desde los 8 años acariciando el violín. Es el “motor” para Alberto. Su manera de sentir les une y les mueve. En willyfolk29@gmail.com, esperan. Interactuar con el público, tocar en la calle es un placer para ellos. “Pamplona es una de las pocas ciudades que no lo tiene regulado”, lamentan.