Lacunza Kalor Group, empresa de Sakana especializada en la fabricación de cocinas, estufas y chimeneas de leña, desde el diseño a la comercialización; cumple medio siglo de andadura convertida en una marca de referencia en Europa. Y es que ya son varias generaciones que han crecido al calor de sus productos, de ahí el eslogan de este aniversario: “Parte de tu hogar, parte de tu vida, parte de tu historia, parte de ti”. Buena parte de este recorrido ha sido con José Julián Garciandía al frente, a su vez presidente desde el pasado año de la Asociación de Empresas de Sakana.

De la mano de un grupo de emprendedores de Lakuntza: los hermanos Garciandía junto con Julián Gamboa, Benigno Andueza y José Burillo; la empresa se constituyó en escritura pública el 26 de junio de 1973. “Los primeros años se fabricaban cocinas de leña. Entonces eran negras de fundición o blancas de chapa esmaltada. Empezaron en bajeras del pueblo”, recuerda José Julián Garciandía. “Se murió mi tío Julián, que estaba al frente de la dirección, y recién acabado el servicio militar, entré para ayudar a mi padre en aquel difícil proyecto, y en años muy complicados. Como en todas las empresas hay momentos buenos y malos”, cuenta.

Con necesidad de crecer, y ante la falta de suelo industrial en aquellos momentos en Lakuntza, “y por otra serie de circunstancias”, en 1989 se decidió trasladar la actividad a Altsasu, al polígono Ibarrea. “Pasamos momentos complicados pero la situación se fue enderezando. Tomamos las decisiones correctas”, observa. Al respecto, recuerda que en 1997 Lacunza se constituyó como sociedad anónima laboral pero con una fórmula diferente, manteniendo la familia Garciandía un porcentaje importante en la sociedad e incorporando 22 trabajadores como socios de la misma.

Otro momento crucial en la andadura de esta empresa fue en 2010, cuando se decidió su ampliación, y volvió a Lakuntza. Y es que unos años antes apostaron por diseñar nuevos productos con líneas más modernas y minimalistas, y comenzaron a fabricar chimeneas y estufas de chapa de acero. Con una inversión de 4 millones de euros, se levantaron nuevas instalaciones de 5.700 metros cuadrados.

Desde entonces, en la planta de Lakuntza se fabrica toda la chapa que se consumen en la nave de Altsasu así como las estufas y chimeneas de líneas más modernas. También está el departamento de desarrollo de producto y los laboratorios de pruebas con un equipo de ingenieros especializados en I+D+I. En la planta de Ibarrea se fabrican las cocinas de leña, estufas y chimeneas de líneas clásicas y están las oficinas principales.

También fue una decisión arriesgada la apuesta por solo leña en el boom del pellet. “Lacunza dijo que no, que apostábamos por la leña y ser los mejores. Llevamos 10-12 años realizando inversiones muy importantes en calidad, innovación, diseño y tecnología. Hemos conseguido ser uno de los líderes del sector en Europa”, destaca Garciandía.

Lo cierto es que exportan a más de treinta países de todo el mundo: Sudáfrica, Australia o Uruguay, por citar algunos, pero sobre todo a Italia, Francia y Alemania. “Queremos centrar nuestros esfuerzos los próximos años en crecer en Europa, principalmente países nórdicos, sin olvidar el resto del mundo. Europa es el continente donde más cultura hay de estufas de leña. El futuro de la biomasa a corto-medio plazo va a ser de crecimiento, como consecuencia del miedo que ha entrado por la dependencia energética que hemos sufrido estos últimos años. Además, hay instaladas muchas chimeneas que no cumplen las normativas y son muy poco efectivas y contaminantes”, señala. Al respecto, apunta que solo en el Estado español hay más de 3.000.000 de chimeneas instaladas desde hace muchos años con estas características. “Pensamos que podría haber alguna especie de plan renove para su modernización”.

En la actualidad las exportaciones suponen más del 60% de la producción, y con previsiones de seguir creciendo. “Llevamos unos años muy bien, como consecuencia de que las cosas se han hecho bien. De forma indirecta nos ha beneficiado el covid y la subida de los precios de la energía por la guerra de Ucrania. No necesitábamos ninguna de las dos pero han venido”, apunta.

La clave del éxito, en su opinión, es un gran equipo humano además de la innovación, calidad y fiabilidad de sus productos, con un área de I+D+I que aporta las tecnologías más avanzadas para fabricar productos con valor añadido así como la internalización y las exportaciones. “Fabricamos productos que en muchos casos superan el 80% el rendimiento algo que eran inviable hace unos años. Muchos son estancos, con acceso de aire del exterior al hogar y monomando para el control de tiro primario, secundario y doble combustión con una calidad y visión del fuego muy cálida y especial”, explica.

125 TRABAJADORES

La historia de Lacunza Kalor Group también es un relato de un proyecto empresarial sólido y respetuoso con su entorno social, económico y medioambiental en continua evolución y desarrollo, tanto en el abanico de productos como en la gama de modelos, materiales y fuentes de energía, como en la incorporación de la calidad, innovación y diseño de sus propios productos. Ello se traduce en que la plantilla no ha parado de crecer en estas cinco décadas. En el año 89 eran unos 30 trabajadores y creció hasta 70 cuando se constituyó como SAL con la ampliación. En la actualidad son 125 trabajadores.