San Miguel de Aralar sumó ayer 55 nuevos amigos y amigas, txikis que se encomendaron al ángel de Aralar para pedir su protección de por vida en un encuentro con las criaturas en el santuario, su casa. Se trata de una iniciativa de la Cofradía de San Miguel, que pensó en organizar una presentación para estrechar los lazos con el santuario desde la infancia. Así es desde 2004, con un parón de dos años por la pandemia.

Esta primera toma de contacto queda sellada en un pergamino nominativo que ayer recogieron 52 niños y niñas inscritas con anterioridad. Los tres restantes podrán cogerlos dentro de 15 días, como puntualizó José Mari Ustarroz, presidente de la cofradía. “Aquí se celebran muchas bodas y antes también bautizos, pero desde hace unos años no se puede porque este sacramento se debe ofrecer en las parroquias. Creíamos que faltaba el vínculo de los niños”, observó

Lo cierto es que la quietud habitual de santuario se vio ayer interrumpida por algunos llantos y carreras de los txikis en la misa más bulliciosa de año. No obstante, como señalaban Mariano Zubiría y Patxi Betelu, monaguillos de San Miguel, cada vez se portan mejor. Ejemplo de ello era Laira Goikoetxea Baleztena, una niña de 6 meses de Leitza, que asistió con ojos expectante la ceremonia junto con sus padres, tranquila y contenta en la frescura del templo en una de las mañanas más calurosas de este verano.

Más crecidas eran las hermanas Adriana y Paula Martiarena Berro, de Pamplona, de 3 y 7 años respectivamente, que pudieron acercarse a besar la imagen del santo sin ayuda, bajo la atenta mirada de sus padres y sus abuelos maternos, Reyes y José Manuel, quienes recordaban que se casaron y celebraron sus bodas de plata en el santuario. Y es que devoción y tradición se dan la mano también en esta presentación a San Miguel.

“Es una manera de escenificar la acogida a los niños. No preguntamos si son bautizados, es un acto sencillo”, apuntó el capellán, Mikel Garciandía. “Es una iniciativa de la cofradía que valoramos mucho y que va consolidándose. En un tiempo tan complicado como el actual, con una cierta distancia de las familias con la religión y la iglesia, es una manera bonita de acercar el santuario. En esta misma línea, hemos sacado un cómic para que conozcan de primera mano, con un lenguaje infantil adaptado a ellos, la leyenda que da una explicación a lo que sería el origen del santuario”, observó.

Por otro lado, Garciandía adelantó que las obras de la nueva recepción del santuario, donde se han habilitado unos baños y una pequeña tienda, siguen a buen ritmo. “Creemos que pueden estar finalizadas para agosto y como muy tarde en septiembre. Con motivo de la presentación del libro de los esmaltes , dentro de las jornadas de patrimonio de Navarra, queremos hacer una serie de eventos los días 23 y 24 y de cara al día de San Miguel”, adelantó.