El grupo de música navarro que demuestra que las canciones de siempre siguen a la orden del día

En 2019 empezaron a darle forma a la idea de crear un grupo y comenzaron a juntarse para ensayar. En diciembre de ese mismo año ofrecieron su primer concierto en el bar Casino de Elizondo. Sin embargo, la pandemia interrumpió su progreso y fue en el verano del año pasado cuando retomaron sus conciertos de manera más continuada y, en sus palabras, “más en serio”.

No son capaces de responder a la pregunta de cómo decidieron crear el grupo. “No lo sabemos ni nosotros mismos”, cuentan divertidos. Y es que fueron familia y amigos quienes les insistieron para ello. Desde entonces, se muestran contentos con el recorrido que están realizando.

Este verano, por ejemplo, han ofrecido una veintena de conciertos, en su mayoría en la zona de Baztan, Bortiziriak y Malerreka. No obstante, también tuvieron un concierto en Leioa, Bizkaia. Este ha sido, por el momento, el lugar más lejano en el que han actuado. Aunque se sienten cómodos en el escenario, prefieren presentarse en lugares con una audiencia más íntima. El concierto en Leioa, con su numeroso público, les generó cierta timidez debido a que no están acostumbrados a tal afluencia.

De hecho, la cantidad de público no es un factor determinante para ellos. “Aunque solo haya cuatro gatos, si hay buen ambiente y están bailando, a nosotros nos sobra”. Recuerdan con especial cariño las actuaciones que han realizado “en casa”, tanto en Irurita como en Oronoz.

Tocan canciones populares y conocidas, ya que les resulta más fácil aprenderlas y disfrutan interpretándolas. Durante el verano, no ensayan, ya que sus conciertos son suficientes prácticas. Durante el invierno, y como todos estudian fuera, se reúnen los fines de semana, aproximadamente una vez cada dos semanas, en Oronoz.

A pesar de ser un grupo relativamente nuevo, cuentan que han encontrado espacio en las programaciones festivas sin mayores dificultades, ya que “en la zona hay pocos grupos similares, que sean de este tipo”. No piensan demasiado en el futuro, sino que se concentran en disfrutar el presente. Les gusta la conexión que se crea en los conciertos entre ellos y con el público, y por ahora, su único objetivo es seguir así. Sin preocuparse en exceso por lo que vendrá, continúan avanzando y abriéndose camino en el mundo de la música. 

Opinan que el ambiente de romería está resurgiendo en las plazas. “A la gente le gusta mucho, y cada vez más” confirman. Aunque canciones como el zortziko no dejan de repetirse actuación tras actuación, también tratan de incorporar a su repertorio las canciones que les pido el público como Itzulera, de Zetak y Erramun Martikorena. En cada plaza improvisan y tocan las canciones que creen más adecuadas dependiendo del contexto. Así pues, ningún concierto es igual al anterior. 

El joven grupo demuestra su pasión y dedicación a la música en cada uno de sus conciertos. Este compromiso que adquieren con su público, sin embargo, no es impedimento para que también puedan disfrutar del verano en otros aspectos. Además de aprovechar el periodo estival para darse a conocer, admiten que también suelen ir a las fiestas de los pueblos a pasárselo bien. En algunas ocasiones, coincide con que toca algún grupo de romería y así, suelen fijarse en qué canciones tocan y cómo las interpretan. Y es que es evidente que les sobran las ganas de seguir aprendiendo y mejorando.

En sus conciertos suele predominar el buen ambiente. Hay que tener en cuenta, también, que como suelen tocar mucho por su zona, sus cuadrillas suelen tenerlo bastante fácil para seguirles. Gracias a ello, y a la gente conocida que les anima y les apoya en este proyecto, afirman sentirse arropados. “Los amigos suelen ser un poco como el club de fans” cuenta divertidos. Ahora, tras un verano “movidito”, volverán a centrarse en sus estudios, aunque siempre estén abiertos a ofrecer nuevos conciertos.