“Estamos muy felices, agradecidas y agradecidos por todo el apoyo que hemos recibido. A las miles de personas que vinieron, a las mil voluntarias y voluntarios, a las familias de la ikastola, al pueblo de Etxarri… queremos agradecerles de todo corazón. Sabemos que organizar una fiesta así supone inconvenientes pero la disposición ha sido total y comprensiva”, contaba Iñigo Orella, director pedagógico de Andra Mari Ikastola en el día después de un Nafarroa Oinez caluroso y multitudinario. “La valoración es muy buena. Todo transcurrió en normalidad, sin incidencias reseñables. En el punto morado se aburrieron, muy buena señal de que no hubo agresiones sexistas”, destacó. 

Asimismo, se mostraba satisfecho porque el lema de esta 42º, hotsein!, se había cumplido, un altavoz para reivindicar la oficialidad del euskera en toda Navarra y también la importancia de la inclusividad y diversidad, que se visibilizó en el corte de la cinta, de manos de alumnado del aula de transición. “Este curso tenemos más txikis con necesidades especiales pero tenemos recursos muy limitados para atender como se debiera a estos chavales y a sus familias”, lamentó.

De otra manera, al día siguiente el auzolan continuaba en las áreas de la fiesta. N.M.

Si bien no cuentan con datos para saber la afluencia de personas que acudieron a la fiesta de las ikastolas de Navarra, Orella apuntó que el servicio especial de Renfe, con 4.880 plazas, se llenó. También la mayoría de los aparcamientos habilitados, con capacidad para 6.000 vehículos, a las que hay que sumar las personas que acudieron en autobús. Tampoco hay números sobre los beneficios obtenidos. “Calcular esa cifra lleva meses. Los equipos de las comisiones de economía y patrocinio tienen todavía varios meses de trabajo”, observó Orella. No obstante, están más cerca de su propósito, realizar mejoras en el edificio de ESO, sobre todo en cuestiones de eficiencia energética y movilidad. “El edifico de Utzubar txiki se hizo con el anterior Nafarroa Oinez pero todavía tenemos una deuda importante. El objetivo es hacer la reforma sin endeudarnos”, apuntó.

Labores de limpieza en el día después

Nagore, Ane, Daniela, Olatz e Iraia, de 1º de ESO, también colaboraron en la limpieza. N.M.

El aspecto que presentaban ayer a la mañana las tres áreas del Oinez era muy diferente, con la mayor parte de las infraestructuras ya desmontadas. El trabajo comenzó el mismo domingo, cuando se desarmaron las barras y botelleros que se llevaron a Zangoza, la próxima anfitriona de esta fiesta. El lunes continuaba el auzolan, sobre todo en labores de limpieza. Además, el alumnado de la ikastola también contribuyó en la tarea. Armados de guantes y bolsas, estuvieron buena parte de la mañana por el recorrido y áreas recogiendo la basura que encontraron en su camino. Lo cierto es que se quedó más limpio de lo que estaba, ni una colilla, que recogieron en unos cucuruchos alumnado de 4º, 5º y 6º de Infantil. “Desde la comisión de medio ambiente querían que colaboraran porque es también una labor pedagógica para que tomen conciencia de lo que supone una fiesta así y la importancia de no ensuciar y cuidar lo máximo posible”, observó Orella.