Con la presentación ayer en Aoiz del proceso de participación, arranca la iniciativa municipal de los cinco municipios implicados en la recuperación del Aserradero de Ekai, como un espacio de patrimonio industrial contemporáneo y memoria de su significado en el pasado como motor de desarrollo.

Este objetivo ha unido a los cinco ayuntamientos representados ayer por: Javier Diez (alcalde del Valle de Arce/Artzibar) Juan Cruz Ozcoidi (presidente del concejo de Ekai) Ángel Martín Unzué (alcalde de Aoiz) Javier Larrea (alcalde en funciones de Oroz-Betelu) y Diego Arizcuren, concejal del Valle de Lónguida. Los responsables municipales estuvieron acompañados por Carlos Cederna (agente de desarrollo de Cederna de la zona ) y Mikel Baztan, responsable del proceso participativo ( Ahora Clima S.L.). Aserradero de Ekai, una historia para un futuro resume en su enunciado el fin último del proyecto “hacer del problema una oportunidad” para transformar desde el sentimiento memorialista colectivo el espacio abandonado y en ruinas en un proyecto de futuro, significó Juan Cruz Ozcoidi. “Una intervención que debe ser urgente, o de otro modo, será irreversible”, recalcó como una llamada de alerta al compromiso “concreto y rápido” del Gobierno foral, que comenzaría por la adquisición de los terrenos para avanzar ,dado que los ayuntamientos no pueden acometer el proyecto (se calcula una previsión que ronda los 125.000 euros). Mientras tanto, el proyecto arranca y, según explicó Mikel Baztan, dará los siguientes pasos: visita e introducción histórica con acceso al Aserradero (27 de octubre) dos foros de aportaciones (31 octubre en Aoiz y 2 de noviembre en Ekai) y otros dos foros de priorización (Aoiz, 7 de noviembre, y 9 en Ekai). El domingo, 26 de noviembre será de jornada festiva. “Queremos que la aportación sea común y acorde a las necesidades de la zona”, subrayaron.

Para Carlos García, el proyecto de desarrollo local, sostenible, medioambiental, turístico, atravesado por la Vía Verde del Irati y la Euro Velo 3, es interdepartamental y fuente de riqueza . Un deber, “un proyecto de reparación, más que de recuperación, porque hemos dejado que se convierta en cuatro décadas en un espacio degradado”, reflexionó