Una placa recuerda a los creadores de ‘La Voz de la Merindad’ en Tafalla
La revista, que acaba de publicar su número 500, remonta sus orígenes hasta 1929 y se sitúa como decana de la prensa local navarra.
De la mano de la asociación cultural Altaffaylla Kultur Elkartea, la revista de la Zona Media con sede en Tafalla La Voz de la Merindad inauguró el sábado al mediodía una placa en honor a sus fundadores. Lo hizo en el nº 8 de la Avenida Sangüesa, donde tuvo su primera sede en 1929 impulsada por José Berruezo (que vivió en esta casa), José Colio, Miguel Guirguet e Ignacio Dendariena. Familiares de los pioneros fueron los encargados de descubrir la placa al son del Agur jaunak entonado por los txistus. Desde la redacción de la revista, que continua activa 94 años después, agradecieron la colaboración altruista de sus numerosos colaboradores y colaboradoras.
Sus páginas son un legado indudable de historia comarcal donde se entremezclan artículos de interés cultural, actualidad, euskera, fotografías históricas, deportes, pasatiempos y numerosas secciones de distinta temática. “En el futuro nuestra historia se conocerá gracias a las colecciones de la Merindad; sabremos de su comercio, de sus debates sociales; de su memoria histórica. Tendremos, tenemos ya, un gran fondo de fotografía histórica y docenas de libros cuyo origen fueron las páginas de la revista… No conocemos en todo Navarra, en todo Euskal Herria, ni en todo el Estado, una ciudad de 10.000 habitantes que tenga el fondo bibliográfico que tiene Tafalla. Y Merindad siempre es el primer soporte”, expresaban los actuales directores de la revista.
Antecedentes de prensa tafallesa
En 1885 apareció El Eco de Tafalla, el primer periódico local que se conoce. En 1897 nació El Tafallés, quincenal e ilustrado, dirigido por Jorge Mateo. En 1904 salió el semanario El Labrador, impulsado para ilustrar al labrador y difundir el asociacionismo agrícola desde las orientaciones de la Iglesia. Se editaron 47 números. Nicolás Giral, escritor, historiador de la ciudad y periodista en Barcelona, publicó en 1906 El Tafallesico, del que se editaron 16 números; es la publicación tafallesa más amena y desenfadada del siglo.
Puesta en marcha
El 9 de septiembre de 1929 apareció el primer número de La Voz de la Merindad dirigido por José María Valencia, José Colio, José Berruezo, Ignacio Dendariena y Miguel Guirguet. También la apoyó JosÈ María Azcona. Tres cosas defendió con firmeza aquella revista: la democracia republicana, la religión y el estatuto vasco-navarro. El mérito de editar semanalmente un periódico local fue enorme: los periodistas con sus máquinas manuales; las imprentas con linotipia; la distribución a los pueblos... Leer sus páginas, sus anuncios o sus crónicas, es imprescindible para conocer la historia de la comarca. El franquismo no le perdonó sus originales tendencias y en 1937 tuvo que cerrar, tras ocho años y 416 números editados. Hasta entonces, había sido la publicación comarcal de mayor duración y calidad.
Vanguardia progresista
La Voz de la Merindad fue creada por los grupos progresistas de Tafalla, es decir, republicanos y vascófilos, de la misma manera que en aquella época crearon otras novedades: la Peña Sport, el ciclismo, la piscina pública, etc. Miguel Guirguet, por ejemplo, fue fundador del Casino de Tafalla, del Club Deportivo Alkartasuna y de la Euzko Etxea de Tafalla.
El renacer
Tras el franquismo, la Merindad, como coloquialmente se hace llamar hoy en día, supo salir con fuerza, y en 1973 nació el semanario Merindad con Javier Martínez Zúñiga como director y José Javier Baztán como su gran impulsor. Estuvo al pie del cañón hasta octubre de 1987, después de 724 números y catorce años de existencia. Ninguna publicación había llegado tan lejos.
Tras el cierre de 1987, algunos colaboradores habituales del semanario crearon la Asociación Merindad con la intención de que la revista partiera, en principio, como anuario. Así, durante 10 años, el especial de las Fiestas se publicó gracias al coraje de Arantxa Martinena, Paski Pascual, Maite Berruezo, Txus Iribarren y muchos otros.
En 1999, la sociedad Altaffayllaconvirtió la revista anual en mensual, llegando otra vez a los kioskos y a las casas, con una nueva serie de periodistas, escritores, fotógrafos y dibujantes. Maite López Flamarique fue su primera directora y Pedro Ruiz Ibarrola su primer director comercial. Por último, en el año 2006 la revista se hizo quincenal, después pasó a todo color y finalmente cambió de oficinas, instalándose en la calle Escuela María. Actualmente, la revista se encuentra en plena actividad y ha sido valorada como una de las mejores revistas de la prensa local navarra. El pasado mes de octubre publicó su número 500.