La plaza de Tafalla acogió durante el día de ayer la exposición de setas y plantas organizada por la Ikastola Garcés de los Fayos. El buen tiempo y la fructuosa colecta hicieron de esta decimoséptima edición todo un éxito, llegando a reunir 310 especies de setas y 80 especies de plantas. La cifra roza el record, ya que es la segunda vez en todas las ediciones que se pasa de las 300 especies micológicas.

La congregación de curiosos alcanzó su climax al mediodía, abarrotando los porches de la plaza y las calles aledañas. El toque gastronómico lo pusieron los bares Txiki, Nuevo Hostaf, Pasadizo, La Placeta y La Urba, realizando pintxos micológicos especiales para la ocasión, llegando a agotar existencias en la mayoría de establecimientos.

La recogida

Se realizó durante los días previos, pero especialmente el sábado 11, ya que para lograr que luzcan y no se sequen, conservarlas congeladas no es lo más adecuado, siendo idóneo recogerlas con pocas horas de antelación.

La búsqueda se hizo por partidas distribuidas a diferentes zonas: Sakana, Aralar, Coto de Erro, la sierra de Leire, Soria, Uterga y la cercana Baldorba, que se peinó de arriba a abajo. En ellas participaron tanto padres y madres pertenecientes a la comunidad de la ikastola, como gente experta y aficionada al mundo de la micología de Tafalla, e incluso de otras localidades navarras como Etxarri o Altsasu.

La exposición contó con cajas para poner a prueba el olfato. Endika Iriso

También se organizó una visita con el alumnado, principalmente de Haur Hezkuntza y Lehen Hezkuntza durante la mañana del sábado, a la que, a pesar de la lluvia, alrededor de 60 personas se animaron a colaborar recolectando setas o ramas y plantas para la decoración de la exposición. La búsqueda matutina concluyó con un almuerzo en la sociedad de Garinoain.

La clasificación

Una vez recolectado todo el género se llevó a la Ikastola para ser ordenado por familias (boletáceas, rúsulas, lactarius, gasteromicetos…). “Pasar las setas de la cesta a la mesa y clasificarlas bien lleva un trabajo muy costoso, es sin duda la parte más pesada de la exposición”, explica ángel Iriso Zaki profesor jubilado de la Ikastola y experto en el tema. “Durante la tarde del sábado estuvimos una veintena de personas. Algunas colaboran clasificando o sacando y metiendo cajas, pero a la hora de poner la etiqueta final solemos estar un par que dominamos más el tema. Salimos de la Ikastola bien entrada la 1 de la madrugada”, explica.

La muestra contó con una gran afluencia de público Endika Iriso

La muestra

En la exposición, según el color de su etiqueta (verde, blanca o roja) se podían distinguir las setas comestibles, sin interés culinario o tóxicas. Dentro de las comestibles también se realiza una categorización de uno a tres tenedores, en base a la visión general hacia el sabor de la seta. “Eso es algo totalmente subjetivo, ya que para gustos setas. En algunos sitios no se pone, pero a nosotros nos parece que da pie a discusiones interesantes, a la gente le gusta hablar del tema culinario”, explica Ángel.

Sin embargo, la mayoría de setas son sin interés culinario y una minoría venenosas. En cuanto a las “muy tóxicas” estaríamos hablando de 3 o 4 setas. La más tóxica que se podía ver en la muestra era la Amanita Faloides, mientras que hablar del mayor manjar sería discutible (onddos, trompeta de los muertos, seta de cardo, robellones, galamperna…).

En cuanto a rarezas, comenta Zaki que le hizo mucha ilusión encontrar un Lactarius picinus en un pinar de Soria. “En 40 años que llevo en este mundo solo la había visto en libros”. “Hay también otras curiosidades como Cyathus stercoreus o la Cyathus olla, que son como unos pequeños nidos en forma de lentejas, o una Onygena equina, que ha salido en una pezuña de caballo y que resulta apenas apreciable para quien no esta puesto en la materia”, finalizaba Zaki.

La valoración general fue muy positiva, efecto de la gran movilización de gente involucrada en el tema, y según aseguraron, animó a la organización a seguir realizándola el año que viene.