Hoy tocaba entrar a trabajar a la una de la madrugada y no habrá tregua hasta las siete de la tarde. Así de exigente es la masa madre de los roscos entre prepararla, fermentarla y decorarla, además del montaje de cremas, natas... Con jornadas más que intensas los día 3, 4 y 5 en el polígono Areta de Huarte han preparado este año más de 3.000 roscos siendo el de nata el más demandado.

El villavés Pepe Pardo y su hermano José Mari mantienen el negocio familiar que cofundó su padre Juan Miguel en Barañáin en 1984. “Éramos seis hermanos, muchas bocas que alimentar, y nos tocó echar una mano en la pastelería”. Su padre regentó una tienda de ultramarinos en la calle Mayor de Villava, la Casa del Bacalao. Murió poco después de montar la pastelería de Barañáin; “yo tenía entonces 18 años, murió de cáncer y trece años después decidimos trasladarnos a Huarte”.

Pepe Pardo es uno más en el obrador del polígono Areta. Ayer, comenzaron a las 2.30 de la madrugada y acabaron a las siete de la tarde. Unai Beroiz

Repostería y roscos cien por cien artesanales, desde la masa hasta la crema, nata o trufa, “no congelamos nada”. Aunque habitualmente trabajan once personas estos días suman una veintena para dar salida a todos los pedidos.

Colocando el regalo en un roscón de crema. Unai Beroiz

Roscos desde 14 euros, diferentes variedades de turrones, mazapanes, polvorones y guirlaches son algunas de las delicias artesanales que pueden adquirirse en el obrador del polígono Areta durante estas Navidades aunque el producto que más venden y por el que más se les conoce son las pastas de té. En su tienda on line también se puede elegir entre surtidos de magdalenas, mantecadas, cocos y tartas de txantxingorri. “Trabajamos mucho con almacenistas, también en tienda directa, vendemos en Navarra, Gipuzkoa, Vizcaya, Álava y Burgos”. La clave del éxito es “ofrecer la máxima calidad a un precio asequible”. “Este año todo han subido bastante las materias primas y los gastos pero mantenemos los precios”, subraya el que es socio la peña Herrixka de Atarrabia. Los más laboriosos, el turrón y el mazapán, “un trabajo totalmente manual”. ¿Un deseo para este 2024?: “Que no nos falte trabajo”.