Los trujales de Tierra Estella celebran una buena cosecha de aceite de oliva tanto en cantidad como en calidad, del que se ha convertido en uno de los alimentos más señalados por el aumento del precio en la cesta de la compra que lo ha señalado como una de las referencias obligadas de los mercados. Y todas las almazaras consultadas de la zona coinciden en que la cosecha de 2023 va a ser mayor que la del año anterior y de “muy buena calidad”.

 Es el caso de la cooperativa Mendía en Arróniz, que agrupa a cerca de 5.000 socios de todo Navarra y que pese a conseguir 11.383.000 kilos de producción -200.000 menos que en 2020-, sí batirá récord de producción de aceite de oliva, con 2,3 millones de litros, gracias al mayor porcentaje de aceite de las aceitunas de esta campaña. Una gran cosecha que, con todo, ha tenido incidencias climatológicas como las abundantes pedregadas que afectaron a muchas zonas de Tierra Estella y las sequía extrema que se agudizó en el mes de agosto que hizo peligrar la cosecha. Algo que finalmente fue revertido gracias a las buenas previsiones de los olivos desde su floración en primavera, y a las abundantes lluvias del otoño que revitalizaron los frutos de las aproximadamente 2.900 hectáreas destinadas, en buena parte de la Zona Media de Navarra, al cultivo de la oliva y, en concreto, a la variedad arróniz que este año ha sido la que más rendimiento ha producido esta cosecha. 

Almazaras de la Merindad

Pero también en la Merindad hay otras trujales que van a experimentar un aumento en la producción de aceitunas. Es el caso de Hacienda Ortigosa en Viana. La campaña para este trujal familiar ha sido sensiblemente superior a la del año pasado con la molturación de unos 3 millones de kilos y con un incremento del 10% en la cosecha de olivas: “aunque el rendimiento probablemente sea algo más bajo y estará alrededor del 20% del peso prensado”, asegura Mamen Ortigosa, una de las responsables de esta conocida almazara navarra. 

Otro de los trujales de Tierra Estella que apuesta por la calidad es Aceites La Maja, cuyas instalaciones se encuentran en Mendavia y recoge cada año un millón de kilos de oliva que convierten en 200.000 litros de diferentes aceites de variedades como arbequina, arbosana, koroneiki, tosca o arróniz. “Nuestra apuesta siempre es por la calidad, nunca por el rendimiento y esto nos lo podemos permitir ya que la nuestra es una almazara familiar”, aseguró el gerente Roberto Gracia quien describió su aceite como “verde” para lo que adelantan la recolección hacia octubre. “El cambio climático está aquí y afecta a los olivos que han adelantado sus ciclos”. Respecto a los precios tan altos del aceite de oliva, Gracia lo achacó a la sequía que viene azotando Andalucía que produce el 40% del aceite del mundo y que estos dos últimos años ha pasado de 3 millones de toneladas a la mitad “es la ley de la oferta y la demanda”.

Tampoco cree que con el boom de los precios se convierta en un cultivo de moda: “los olivos tardan cuatro o cinco años en producir y para entonces lo mismo se ha recuperado la cosecha y ha bajado el precio”. Lo que sí tiene claro, es que el cambio climático afecta directamente al olivo “un porcentaje alto de flores se queman ya en primavera por las altas temperaturas, algo que no había pasado nunca y con esa merma luego la producción ya no alcanzará los niveles de antes”.