El carnaval entró el sábado en Navarra por Uitzi, que brillaba en lo alto rodeado de nieve. Y es que después de días desapacibles, la meteorología se unió a la fiesta y también buena parte de los vecinos y vecinas de este pequeño concejo de Larraun, que se metieron por unas horas en la piel de otros personajes. Fue el pistoletazo de salida de esta fiesta irreverente que llenará de color las próximas semanas todo el territorio.

Animales varios, cocineros, un equipo de rugby, monjes, mejicanos o payasos junto a otros variopintos personajes, algunos difícil de clasificar, se dieron cita en la puskabiltza, una ronda casa por casa que comenzó en Goienetxea, en la parte alta del pueblo, y finalizó en la baja, en Arriurdienea. Fueron trece paradas en las que se abrieron las puertas para recibir a la comitiva con variedad de alimentos para picar: queso, jamón, tortilla de patata, fritos, pizza o txistorra, bocadillo de lomo o caldo entre otros, además de dulces, refrescos o vino. Ni Bárbara Rey quiso perderse la oportunidad. Y es que con tanto disgunto, se le había abierto el apetito. Acudió con Ángel Cristo padre. 

La puskabiltza o ronda por las casas de Uitzi, fue de la parte alta del pueblo a la baja. Iñaki Porto

Es lo que tiene el carnaval, un mundo en el que todo es posible. Lo cierto es que Joseba Asiron y Cristina Ibarrola, fregona en mano, lucían complicidad. También andaba por ahí una sardinera de Santurtzi que anunciaba buen género aunque parecía un poco pasado, y la doctora Oreja, que solo pasa consulta este día.  Al frente del grupo iban Gorka Oreja Erroz y Ana Aroma Arandia, los mayordomos, elegidos por la suerte el pasado año, y encargados de organizar la fiesta y de recoger los donativos, gesto que se agradecía con una copa de moscatel y pastas.

Una sardinera recién llegada de Santurtzi anunciaba género fresco. Iñaki Porto

El carnaval de Uitzi es sobre todo una fiesta para hacer pueblo, como destacaba Gorka Oreja. unos días de encuentros con vecinos y vecinas sin las prisas del día a día. También con aquellos que viven fueran y vuelven al pueblo por carnaval o de entrar hasta las cocinas para saludar a la etxekoandre, pero sobre todo de cantar y bailar con canciones que sonaban en el amplificador que acompañó a la ronda junto a otras improvisadas en una celebración que no sabe de edades. Precisamente, Orejaponía el foco en el encuentro intergeneracional. “La juventud viene pisando fuerte. Todos y todas tenemos que poner de nuestra parte”, apuntó. Por ello, este año se ha introducido un cambio de calado, el traslado de la puskabiltza del domingo al sábado. Si bien fue a modo de prueba, parece que ha venido para quedarse. Y es que se notó en una mayor afluencia de juventud por la mañana. Además, se gana en tiempo para recuperarse de la ronda. 

Cristina Ibarrola, fregona en mano, se dejo ver con Joseba Asiron. Iñaki Porto

La fiesta continuó con una cena en la sociedad y DJ Oixani. Después de un día muy intenso, las celebraciones continúan hoy con hamaiketako y comida popular. En la sobremesa se elegirá a los mayordomos del año que viene.

Las celebraciones de carnaval en Uitzi son madrugadoras porque a mediados del pasado siglo, cuando buena parte de los jóvenes trabajaban de leñadores en Francia y regresaban al pueblo por Navidad; se adelantaron con el fin de que pudieran disfrutar de esta fiesta. Así, se trasladó al día de Reyes, antes de que volvieran a los bosques. Con el tiempo, se trasladó al domingo siguiente. Este año tocaba al día siguiente de la Epifanía, demasiada fiesta en pocos días. Sin maletas y paquetes preparados para salir de casa, se decidió aplazar la celebración una semana.

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