La detención de un agricultor de Ablitas de 49 años en la tarde de ayer, al que los antidisturbios de la Guardia Civil le causaron una herida en la cabeza al tratar de cortar la A-68, y las declaraciones de la presidenta Chivite y del ministro de Agricultura relancionándoles con Vox caldearon los ánimos entre los agricultores riberos que protestaron ayer. A primera hora de la mañana, medio centenar de agricultores, tras dialogar con la Guardia Civil, pactaron cortar la autovía A-68 durante media hora (de 9.30 a las 10.00) pero en mitad del corte las órdenes de la Guardia Civil cambiaron y por orden de la delegación del Gobierno indicaron a los manifestantes que “o dejaban de cortar la autovía o vendrían los antidisturbios”. Pese a ello, el corte se prolongó hasta las 10.00 pero el ambiente de tranquilidad que hubo el martes no se repitió y el tira y afloja con la Guardia Civil fue constante tras la llegada de los antidisturbios.

El punto culminante se produjo cuando hacia las 16.45, un grupo de agricultores marchó con los tractores hasta Cortes y el resto trataron de cortar la autovía en Ribaforada. Los antidisturbios actuaron entonces dejando herido a un agricultor de Ablitas, de 49 años, que, tras ser atendido en el Hospital Reina Sofía, fue conducido a dependencias de la Guardia Civil detenido acusado de “atentado contra la autoridad, resistencia y desobediencia”. Hoy pasará a disposición judicial.

Cuando los agricultores de Los Abetos conocieron la noticia, hacia las 18.30, cortaron la N-113 “hasta que liberen al detenido en Ribaforada”. Tras 30 minutos de corte, la circulación se reabrió a las 19.05.

Testimonios 

Durante la mañana, la indignación por la relación que la presidenta Chivite y el Ministro de Agricultura hicieron de las protestas en Navarra con Vox fue otra de las claves. La desesperación por la situación en que se encuentran, el sentirse desbordados por la burocracia, la sensación de no tener futuro y las dificultades que algunos señalaron para encontrar gente a la que contratar para recolectar llevaron a muchos a las carreteras. Si bien en las protestas faltaron algunos, “estamos todos unidos, había gente que no podía dejar el campo. Venir aquí nos cuesta dinero. Unos días podrán unos y otros días otros. Vamos todos a una”, dijo Ramón Mateo.

Un agricultor de Buñuel, Jesús Ángel Serrano, emocionado y preocupado a partes iguales, mostró su indignación. “No podemos aguantar más. Nos jode estar aquí haciendo esto, interrumpiendo el tráfico y molestando a la gente, pero no tenemos más remedio. Los políticos de este país, todos, y los sindicatos, nos han dejado tirados y nos han hecho tomar una decisión que no queríamos”. De pie, en mitad de la A-68, afirmó que la burocracia estaba acabando con su trabajo, en el que lleva desde los 15 años. “Así no podemos seguir. No puede ser que nos cambien las reglas de juego cada año, no pueden tirar de reglamentos antiguos para seguir sancionando. Poquito a poquito nos están arruinando. Tenemos que perder mas tiempo en despachos y con la burocracia que en el campo”. A Serrano le saltaron las lágrimas cuando habló de su familia, “es el peor momento de mi vida. Están jugando con el pan de mis hijos. Les estoy incentivando para que no sigan en el campo porque los políticos de este país nos llevan a la ruina. Son los asesinos de la agricultura y la ganadería”.

También, entre el medio centenar de agricultores que a las 9.30 cortaron A-68 había juntos padres e hijos. Era el caso de Alejandro Zardoya y su padre, José Luis, de Ribaforada. “Son un cúmulo de cosas. El tema de Europa con las medidas, el tema de terceros países, la contratación...”, dijo José Luis. Su hijo, Alejandro, tomó la palabra. “En nuestro caso el problema principal es el de la contratación, es imposible recolectar a día de hoy. No conseguimos gente a ningún precio”, aseguró. En estos momentos recolectan brócoli y coliflor, con la pega de que no abastecen más a los supermercados porque no lo pueden recoger. “Hay muchas empresas que no están cultivando lo que podrían comercializar porque no tenemos la capacidad ni de sacar el cultivo adelante ni de recolectarlo. La gente cultiva solo lo que puede recoger, a nivel comercial tenemos más capacidad que de producción. El gobierno no es consciente del problema y para nosotros es algo fundamental. El absentismo laboral en mi explotación es de un 30% diario, lo que me obliga a tener 7 u 8 personas más por si no vienen. Pero les da igual porque al final de mes cobran cierta cantidad de dinero fija, vengan o no”.

A sus 38 años lleva 10 en el sector agrícola y critica la política que se hace desde los despachos de Bruselas, “nos exigen desde Europa a tener unas plantaciones y unas rotaciones que no tienen sentido”. Alejandro aseguró ayer sentirse señalado por su actividad “estoy orgulloso de ser agricultor, pero se transmite a la sociedad que al ser contratadores somos los malos de la película. Quien contrata a gente es el malo y además piensan que no cuidamos el medioambiente. El agricultor está mal visto y somos un punto clave de la cadena”. A día de hoy, la empresa de Alejandro Zardoya necesita cuatro asesores, uno fiscal, otro para la trazabilidad del producto, otro laboral y otro para la prevención de riesgos. “Es alucinante”.

La intención de ayer era seguir con los cortes de las vías cada cierto tiempo, algo que no pudieron hacer tras la amenaza de delegación de Gobierno. Ayer entraron en escena también los sindicatos agrarios, que hasta ahora se habían mantenido al margen, lo que había enfadado a muchos. Ramón Mateo, uno de los que crearon las movilizaciones desde el principio, señala que “la ayuda de los sindicatos la valoramos de forma muy positiva. Necesitamos a alguien que entienda de todo esto y pueda negociar con el Gobierno. Nosotros sabemos de campo y necesitamos gente preparada para la hora de ir a negociar”. Ayer señalaban que tras las declaraciones de Chivite, “el objetivo de muchos es subir a Pamplona. Cada uno es de lo que sea, somos agricultores y lo que reivindicamos es porque lo necesitamos, no porque nos lo haya dicho nadie”, señaló Mateo.