En la 1ª edición del Market de la Fábrica, que ha tenido lugar en la Fábrica de Gomas, han vibrado los colores y se pusieron en juego todos los sentidos. A través de un paseo circular, las nueve marcas de mujeres emprendedoras locales han mostrado el cuidado, diseño y la calidad con el que trabajan sus productos.

Nada más entrar al market se ven unos cuadros que sorprenden por las texturas y por la delicadeza. Y porque, a pesar de la viveza de los colores, evocan paz. Patricia Orbaiceta lleva pintando desde la pandemia; al principio, solo hacía líneas de costa, pero “al igual que con mi ropa, quise apostar por colores arriesgados y los dibujos abstractos”. Se abrió una cuenta en Instagram y empezaron a llegar los encargos porque, tal y como contó, “los clientes me dicen que mis cuadros les transmiten alegría. Ese es el motivo por el que pinto”, ha concluido.

Kos es una palabra noruega que se utiliza para expresar la felicidad repentina que alguien experimenta cuando se siente seguro, abrigado y feliz en compañía. “Es lo que yo siento cuando trabajo con cerámica”, ha asegurado Marta Iraburu. Por eso, en su marca trabaja con mucho cariño este material para fabricar, esencialmente, bisutería, pero “también me dedico a la producción de artículos de mayor envergadura, como jarrones o candelabros”, ha añadido. Desde hace un año, el pasatiempo favorito le ha permitido a Marta sacar cierto rendimiento económico y, sobre todo, “paciencia. La dedicación depende de cada pieza, pero es un proceso largo porque la cerámica tiene que pasar dos veces por el horno y, si llevan lustre, una más”, ha explicado.

Carla Urbano, de Pipa Valero, piensa en lo que le puede gustar a ella cuando diseña y confecciona sus tazas de cerámica. Todo comenzó hace cuatro años como una afición, pero apostó por el emprendimiento. “Quise tener en cuenta la armonía y la sostenibilidad porque me parece importante que la vida de las piezas sea larga y que las compras sean de productos de calidad”, ha comentado. Sus productos están hechos con torno o modelados a mano. “Es imposible que haya dos tazas iguales, pero me parece que eso hace que sean tan especiales. Son únicas”, ha señalado. 

En diciembre de 2021 Adriana Silvela estaba paseando por Bilbao con Carlota cuando se encontraron con un local en el que vendían piedras y no dudaron en comprar piedras para diseñar sus propios pendientes en su piso de estudiantes. Y de esta espontaneidad nació Maroola, un proyecto que destaca por la cercanía con los clientes. En esto tuvo mucho que ver Nerea Ciaurriz, que se unió a la marca para trabajar con la web. A pesar de esta experiencia inicial, Adriana y Nerea recordaron un viaje a Tailandia como el más significativo para Maroola. “Vimos un mercadillo con piedras de nácar y nos volvimos locas. Trajimos una caja llena. Nos dio alas para seguir adelante”, ha explicado Nerea.

Arte se escribe con amor no es solo el nombre de la marca de María Leorza, también se refiere a la filosofía de su trabajo: “Es muy representativo de lo que yo he querido hacer”, ha comentado. Ella es artesana textil y empezó su proyecto durante la pandemia, cuando se vio obligada a regresar a Pamplona. Le regalaron una máquina de coser para hacer mascarillas. “Me gusta decir que mi inversión fueron 150 euros en telas y he conseguido todo esto”, ha bromeado. La tienda, en Estella, se dedica a fabricar complementos textiles, como fundas de ordenadores, neceseres o bolsos, y ofrecen talleres de artesanía para los vecinos de la localidad. Esta marca también vuelve al color y a los diseños divertidos porque a María le gusta mucho “combinar estampados”.

A pesar de lo que mucha gente cree, From A.M to P.M no quiere decir “de Ane Mendinueta para Pamplona por el mundo”, sino que hace hincapié en el motivo por el que se comenzó este proyecto: un producto todoterreno, de la mañana a la noche. “Puedes ir a trabajar, de vinos con tus amigas o de fiesta con el mismo look. No hace falta comprar algo para cada ocasión, sino que con una misma prenda ya vale”, ha sentenciado. Ane Mendinueta comenzó con esta tienda en julio del año pasado, cuando todavía producía tops de lino, pero quiso dar un paso más y crear americanas y camisas desestructuradas a través de trajes de caballero. Uno de los objetivos principales que tiene la marca es alejarse del fast fashion porque “la moda es cara y, muchas veces, insostenible. Yo quiero que mis prensas duren y que pasen de una generación a otra, por eso trabajo con telas de calidad”, ha asegurado.

Mugma es una marca de ropa deportiva de mujer que empezó en septiembre del año pasado porque los padres de María Muguerza tienen una tienda de deportes y “es “lo que he visto desde pequeña”, ha señalado. Además, siempre tuvo la idea de emprender. “Me daba un poco de miedo utilizar colores porque siempre veo que la gente en los gimnasios usa ropa negra, pero las ventas son buenas. Destacamos por el color”, ha confesado.

Worker’s Nobility empezó hace ochos en Alemania cuando nació el hijo pequeño de Zuriñe Urpegi. La costura le recordaba a casa, por lo que, para combatir la nostalgia, se compró una máquina de segunda mano. Empezó un poco “a tientas” porque no sabía que le iba a deparar el futuro, pero pronto consiguió entrar en tiendas y empezar a vender. Tal y como el título refleja, Zuriñe quiere mostrar con su trabajo que “todos los trabajos tienen su nobleza y no hay uno más importante que otro. Todo el proceso que hago con la ropa tiene que ver con esa identidad”, ha concluido.

El Market ha finalizado con el olor de los tulipanes de la Floristería El Árbol, una tienda que lleva más de 40 años en Pamplona, pero que María Salvado afrontó el traspaso del local hace tan solo un mes. “Me lancé porque algo de mí siempre me había dicho ‘emprende’. Da vértigo porque quiero hacerlo tan bien como Sagrario, la anterior dueña. Espero honrar su estela”, ha confesado.