Elaira es el nombre del Ogi Berri que regenta el matrimonio compuesto por Liria Merchán, vecina de Burlada de 32 años, y su marido Freddy José Jiménez, venezolano de 38. La cafetería, ubicada en la Calle Mayor de esta localidad navarra, fue bautizada en honor a sus hijas, Aira, de dos años y medio, y Elara, de once meses. Debido a la reciente inauguración del negocio, el pasado 22 de diciembre, Liria bromeó que su marido y ella están “criando a las tres niñas a la vez”. Es más, ha sido la maternidad y paternidad uno de los puntos clave que ha dado forma a su cafetería: ambos tienen muy claro que buscan una clientela “familiar y sana”, frente a otros tipos de hostelería “muy dura” con la que también han tratado en los 10 años de experiencia de Liria en el sector y los 17 de Freddy

Para atraer a este tipo de público, el matrimonio ha apostado por productos de calidad y, sobre todo, sanos para todas las edades. En este local la joya de la corona es su café de especialidad, para el que ambos han recibido una formación específica con el objetivo de que cada taza que sirvan sea “impoluta”. Sin embargo, su bollería y la variedad de más de 30 infusiones no se quedan atrás, sin olvidar sus tostadas, sandwiches y pintxos, entre los que triunfan los cruasanes rellenos de todo tipo de maravillas, como chaca, jamón y queso brie, salmón o vegetal. 

Mientras, los más pequeños de la casa podrán disfrutar este verano de las infusiones frías que Liria tiene pensadas, con la intención de sustituirlas por otros productos como Coca Cola o concentrados, “porque al final somos padres y pensamos bastante en la salud, así que optamos por alternativas más naturales y refrescantes”. En cuanto a las golosinas que buscan para los niños, Liria apuntó que quiere que sean “más artesanales y menos conocidas, que no puedas encontrarlas en las tiendas de chucherías”. En definitiva, “cosas sanas, donde pueda venir una mujer con su hijo y que se tomen algo los dos tranquilos”, aseguró.

En este sentido, la burladesa recordó que la maternidad es lo que ha influido en su “cambio de mentalidad”, ya que ella misma conoce de primera mano qué es “que te dejen tomarte un café tranquila”, y por eso busca “dárselo a las clientas”. De esta forma, en la cafetería “todo está muy pensado para los críos”, desde el cambiador en el baño hasta la puerta de seguridad que tiene a disposición de sus clientes para evitar que los niños se caigan por las escaleras. Asimismo, en un futuro a Liria le gustaría pintar las paredes con pizarra para que los más pequeños se entretengan con tizas mientras sus padres disfrutan del café.

Cafetería artística

En este local, el arte no está reservado solo para los niños. De hecho, el dibujo ha formado parte de la vida de Liria desde siempre, por lo que nunca ha dudado que cuando ella fuera propietaria de su propio negocio cedería sus paredes para que cualquier artista expusiera su arte en ellas. Por el momento, los alumnos más mayores de la academia de pintura de Dan Isturiz, también en Burlada, ya dan a conocer sus pinturas en las paredes de Elaira desde el pasado 29 de marzo y durante los próximos dos meses ya que “todo lo que tenga que ver con motivar al pueblo es lo primero”, remarcó Liria. 

Liria Merchán y Freddy José Jiménez junto a la exposición de cuadros en su cafetería. Oskar Montero

Esta es solo la primera de las muchas exposiciones que ya tiene pensadas. La próxima será con los alumnos más pequeños de la misma academia, “porque son a los que más hay que motivar y el hecho de saber que la gente va a ver sus obras es muy motivante. Les dije que podían poner cuadros donde quisieran, hasta en el baño. Las paredes son de ellos”, añadió. También dio pistas sobre la tercera, enfocada en los mayores de Burlada. “Quiero ir al club de jubilados, porque algunos vienen y me dicen que pintan como terapia”. Esta idea vino de la mano de la abuela de Freddy, quien el día de la inauguración de la exposición colocó uno de sus dibujos, de un colibrí, entre el resto y, al ver su emoción, no pudo evitar compartir sus paredes con las personas mayores de Burlada. 

Además, el arte urbano y los graffitis también están en el horizonte de futuras exposiciones, ya que el arte no tiene límites y Liria recordó que “todo el artista que tenga alguna idea de escultura, fotografía o lo que sea” acuda a la cafetería para exponer. Otro proyecto que persiguen es la inclusión de actuaciones musicales con alumnos de la Escuela de Música de Burlada, con conciertos, por ejemplo, de arpa o violín. “Cosas tranquilas” que creen el ambiente perfecto para que niños y adultos disfruten de un momento en familia.