El pleno de abril del Ayuntamiento de Estella-Lizarra se convirtió este jueves en una pequeño parlamento en el que se trataron temas de primero de municipalismo como la aprobación de futuras garajes, eso sí, en la zona en la que todavía se mantiene el parador modernista, lo que supone un paso adelante y que sus día están contados. También se apoyó la cesión en “precario” de los terrenos para hacer un huerto urbano en el barrio de Lizarra para 20 años, convenio que se renovara anualmente, y salió adelante a pesar de las advertencias de algunos vecinos que aseguraron la peligrosidad que de los terrenos pocos estables y de una “autoenmienda” que tuvo que presentar el concejal del Área, Rafa Villanueva sin el consenso con la asociación afectada “hasta que los muros queden estabilizados” ya que recientemente han sufrido derrumbes. 

Pero el debate también fue avanzando a temas tan significativos como el apoyo al pueblo gitano o romaní tras la enmienda aprobada por unanimidad que presentó PSN junto con un posible restauración del Santo Sepulcro de la mano del Ayuntamiento, Príncipe de Viana y el Arzobispado que causó sorpresa y argumentaciones en contra desde la oposición.

Temas en los que los grupos marcaron su territorio como ocurrió en la modificación del artículo 4 sobre las condiciones de trabajo del personal funcionario y contratado administrativo, y del convenio del personal laboral al servicio del Ayuntamiento, aprobados para los años 2016 – 2019 que regulaba el trabajo en festivos y la nocturnidad, por el que la plantilla -especialmente servicios y policía municipal-, y que fue aprobada por UPN, PSN y PP, a pesar de las críticas de Blanca Regúlez de Geroa Bai por sólo “haber negociado con un sindicato”. “Algo que rompe la unidad de la clase obrera”, según afirmó el concejal Rubén Virto de Contigo. Con todo, la mayor crítica vino desde EH Bildu donde se advirtió de que “seguirán pidiendo más” y criticaron que se había roto el consenso por el históricamente en el Ayuntamiento “las negociaciones se han hecho con el comité al completo y este es un precedente muy peligroso”, aseguró Koldo Leoz. 

Otro de los puntos que levantó mayor debate fue la modificación de las características de la plantilla orgánica del Ayuntamiento para la contratación de dos puestos: técnico/a de cultura y administrativo que no tendrán como requisito el conocimiento de euskera. Un tema que salió adelante con los votos de nuevo de PP, UPN y PSN, cuyo portavoz, Fran Moleón, aseguró que entendían que “no es preceptivo el euskera porque los trabajos no son de cara al público”. Un punto en el que se permitió la participación del público para que leyera un manifiesto en el que se aseguró que del total de los 120 miembros de la plantilla del Ayuntamiento de Estella-Lizarra “sólo 15 puestos cuentan con personal que habla euskera”. Para el portavoz de EH Bildu, Mikel Kolomo "ha quedado claro que su propuesta no responde a las necesidades lingüísticas de Estella-Lizarra".