Un hito de la vida cultural y musical de Navarra. En el año 1924 se celebró el histórico Gran concurso de dulzaineros y, 100 años después, se conmemora el legado de quienes propiciaron el desarrollo de la gaita en la comunidad. 17 agrupaciones de las cinco Merindades se han reunido en el Palacio Condestable para repetir la fotografía de sus antecesores junto con el escudo de Casa Huarte, antiguo emblema de la ciudad de Pamplona.

No se conoce cómo fue el desarrollo del examen musical, pero están datados los nombres y el aspecto de los integrantes del jurado. “También podemos asegurar que las fechas y horas fueron más o menos las mismas y que se celebró en el kiosco de la Plaza del Castillo, donde aguardaban su turno para tocar”, ha asegurado uno de los organizadores. Antes, en contraposición con lo que se ve en la actualidad, todas las agrupaciones estaban formadas por familias de músicos: “Por ejemplo, los hermanos Elizaga; los Pérez, de Estella; los Lumbreras, de Pamplona o los Casa Torre, de Etxarri-Aranatz”, ha enumerado. En homenaje a su historia, este segundo concurso de gaiteros ha repetido toda la programación; la imagen, el desfile por las calles del Casco Viejo y la actuación en el corazón de la capital navarra. Todo ello con la intención de mostrar que “los que están aquí son el legado de esa foto original”.

Foto original de los gaiteros de 1924. Ayuntamiento de Pamplona

Sin embargo, no se han mantenido todas las dinámicas iniciales y no ha habido, como consecuencia, una agrupación ganadora. “La música no es para competir, sino para disfrutarla”, ha sentenciado Martín Ariztimuño, secretario del grupo de Gaiteros de Pamplona. No es tanto un concurso como un homenaje, una forma de que todas los dulzaineros se unan y colaboren conjuntamente. Ana Romera, Roberto Sandúa, César Alegría e Iñaki Corral, de la agrupación de Ablitas, han hecho énfasis en que “es una imagen y un acto conmemorativos, pero no debemos olvidar que, en realidad, es un acto entre amigos. Todos los años coincidimos en los chupinazos o en los días de la gaita. También es una forma de que nos volvamos a encontrar”.

Imanol Blasco pertenece al grupo de Sangüesa y colabora con los Gaiteros de Pamplona desde hace 20 años. Para él, “es un privilegio haber salido en la foto. No obstante, lo esencial es que he tenido la suerte de haber aprendido de mis maestros y de haber conocido a tantos amigos. Cien años después, la presencia de la gaita es cada vez más acusada en Navarra”. Uno de sus preceptores fue José Luis Fraile, quien lleva medio siglo moviéndose por toda la comunidad para “que hoy estemos las 17 agrupaciones tocando aquí. Ahora nos toca a los demás continuar con su legado”.

Por su parte, José Luis Fraile ha tomado conciencia de que habían pasado 50 años: “Parece que no, pero sí. Como músico, es muy satisfactorio ver a la gente disfrutar mientras tocas en la calle, a los niños saltando, corriendo o estando con los gigantes. Poder hacer algo con esa música es algo que te llega al alma, así que 50 años haciendo lo que he hecho se pasan rápido”. Desde sus inicios se dedica a la investigación para facilitar la enseñanza de la gaita, de manera que puedan abordarse trabajos musicales de mayor envergadura, como, por ejemplo, colaborar con la Pamplonesa o con la Orquesta Sinfónica. De un tiempo a esta parte, la gaita se ha introducido en las escuelas de música. “Sorprende que Pamplona sea una de las pocas localizaciones en las que todavía no tiene su espacio, pero confiamos en que ocurra pronto. La gaita está en auge”, ha concluido.