Ya han pasado 40 años desde que Lantxotegi Elkartea comenzó su andadura en Berriozar. “La necesidad de la población joven llevó a los y las vecinas a crear la entidad generando un espacio de acompañamiento y formación socio-laboral”, explicaron. Desde entonces, ha sido “un referente en la comarca” y ha firmado convenios con el Ayuntamiento de Berriozar, Educación y de Políticas Migratorias de Gobierno de Navarra y otras instituciones como Erasmus+.
La entidad comenzó con la voluntad de las fundadoras y otras personas cercanas al proyecto, que pusieron en marcha programas ocupacionales, que poco a poco se fueron convirtiendo en los actuales programas de educación formal: los Grados Básicos de Mantenimiento de Viviendas, Grado Básico de Agrojardinería y Composiciones Florales y PCA, Programa de Currículo Adaptado. Conforme pasan los años, Lantxotegi desarrolla nuevos programas para atender nuevas realidades en diferentes ámbitos sociales. Es el caso del programa Ahlan Bek, creado en 2020 a raíz de la realidad que se presentó en Navarra con la población joven migrada. Desde entonces se acompaña a numerosas personas en su proceso de inclusión en Pamplona y su comarca con iniciativas como el proyecto Kabia, Kimatu, Proinfancia, Udalantxo o Emoziolan.
“El feminismo, ecologismo, asamblearismo, hábitos saludables, buenos tratos, protección a la infancia o el trabajo comunitario son valores que la asociación tiene como base en su filosofía. Éste último es primordial, ya que creando puentes con los diferentes agentes sociales de la comunidad es como se trasforma la realidad”, destacan. Por eso, el sábado 22 de junio celebraron en Berriozar una fiesta que reunió a antiguas y actuales socias, trabajadoras, alumnado, participantes y fundadoras. Lantxotegi agradece “a toda la comunidad de Berriozar, que siempre ha colaborado con la entidad y nos ha hecho partícipe de las acciones que se han realizado estos años”. E invitan a participar en la entidad y colaborar “en los diferentes espacios que generamos. ¡Por muchos años más!”.