Este próximo lunes se presenta en Iturmendi Ermita de Santa Marina-Trinidad de Iturmendi, Bakaiku y Urdiain, el último libro publicado por el historiador Nicolás Arbizu Gabirondo, un título que da pistas sobre su contenido. Y es que este libro aporta más luz sobre la historia y los problemas entre estas tres localidades por la propiedad y cuidado de esta ermita enclavada en lo alto de la cara norte de Urbasa. La presentación será a las 19.00 horas en el Ayuntamiento. Víspera de las fiestas patronales de la Virgen del Carmen, tras la presentación habrá un auzate. Además, todas las sakandarras que se llamen Marina, Trinidad o Irune recibirán un ejemplar gratuito del libro.

El libro, de 168 páginas en euskera y castellano, desarrolla un estudio que publicó en 1992. “Es un ensayo de la historia de la ermita que va acompañado de documentación y un anexo musical con versos antiguos muy interesantes. También la relaciono con la iglesia de Santa Marina de Aguas Santas, en Galicia”, resume Arbizu. “Según mi hipótesis esta ermita era de la Trinidad y existía hace 1.000 años, en los siglos X-XI con el Camino de Santiago pero al caer en desuso la ruta primitiva se advocó a Santa Marina”, apunta.

Aprovechando la calzada romana de Burdeos a Astorga, la ruta jacobea que transcurría por Sakana fue la que siguieron los peregrinos originalmente para ir hacia Compostela desde el siglo IX hasta que el rey Sancho el Mayor de Navarra, tras la recuperación de los territorios que estaban en manos de los musulmanes, implantó el conocido como camino francés. El antiguo entraba en Sakana por Atondo y continuaba por tierras de Zamartze, valles de Aranatz y Burunda para unirse al camino jacobeo alavés que por Armiñón se adentraba en tierras de Burgos,

Valle de Burunda

Arbizu destaca que hasta el siglo XVI la ermita pertenecía a todo el valle de Burunda, entonces formado por una veintena de poblados. Precisamente, la disolución de la Universidad de la Burunda, que administraba los terrenos comunales y otros aspectos de la vida ganadera del valle, fue el origen del conflicto. A grandes rasgos, en 1843 se dividieron los montes e Iturmendi consiguió la jurisdicción del terreno donde se halla la ermita y comenzó a ejercerla todos los años sin respetar el priorato que había entonces. Urdiain protestó y en 1854 dejó de acudir a las romerías. Ocho años después Bakaiku e Iturmendi entablaron un largo pleito contra el abad de Urdiain para que ejerciera sus funciones, con sentencia favorable para Urdiain. A partir de ese momento, Iturmendi y Bakaiku se hicieron cargo de la ermita. Otra fecha importante es 1891, cuando se acuerda reedificar la ermita tras su destrucción en 1873, en la última guerra carlista. Urdiain se negó a tomar parte mientras que Bakaiku si lo hizo pero a cambio de la cesión la mitad del terreno donde se asienta la ermita.