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150 años desde que el monte rugiera y cayera sobre Azagra

La localidad recordó este fin de semana el evento en el que murieron 91 personas al desplomarse la peña

150 años desde que el monte rugiera y cayera sobre Azagracedida

“Era la madrugada del 21 de julio de 1874 cuando tuvo lugar la mayor catástrofe natural conocida de la historia de Azagra. A las cinco y cuarto de esa fatídica fecha, una inmensa mole de rocas yesíferas y arcillosas se desprendió del conjunto de la peña bajo la que se situaba el pueblo produciendo el aplastamiento de 77 humildes viviendas y el terrible balance de 91 víctimas mortales”. Así arranca el relato del Cuaderno Azagrés nº 5 escrito por Luis Sola, Azagra 1874. Historia de una tragedia, en el que habla sobre el mayor siniestro acontecido en la localidad y que recordaron este pasado fin de semana al cumplirse 150 años del mismo.

De acuerdo con el alcalde azagrés, Rubén Medrano, “creímos que era una efeméride que había que conmemorar, algo digno de mención”. Y es que, explicaba, de los 91 fallecidos (y de los que solo se recuperaron 31 cuerpos), el 80% fueron mujeres e infantes puesto que los hombres a esas horas ya se habían marchado al campo a trabajar. En concreto fallecieron 45 mujeres y 36 varones mayores de 22 años; y 20 niñas y 12 niños menores de esa edad.

Además de una misa previa, el Peñón de la Primicia, un punto muy simbólico del municipio y cuyo nombre se debe a que el monte cayó donde se cobraban los diezmos y primicias, acogió un pequeño homenaje en el que el propio Sola hizo un resumen histórico y en el que también intervino Medrano para poner en valor “cómo todo el pueblo se levantó de aquella catástrofe”.

La coral Virgen del Olmo le puso el toque musical a este emotivo acto

El párroco hizo un responso, la coral Virgen del Olmo interpretó unos temas y, como colofón, colocaron una placa con los nombres y edades de las víctimas. “Es una forma muy gráfica de ver el calibre de lo que aquí aconteció; fue un acto muy emotivo y bonito al ser al atardecer”, comentaba el alcalde que, además, explicaba que, aunque hubo familias que se marcharon, muchos de los azagreses y azagresas que hoy en día viven en el municipio son familiares de quienes perecieron en 1874. “Fue algo que tuvo muchísima transcendencia, incluso el ejército y el Rey vinieron hasta aquí. Todo azagrés tiene conocimiento de este evento, desde pequeño te lo cuentan porque, además, es un espacio por el que se pasa y se juega y en el que hicieron un paseo”.

El monte ribero, que sigue dando algún que otro susto de vez en cuando, a largo de los años se ha cobrado más víctimas ya que, además de esas 91, hay constancia de otras 16 (como los dos txikis que murieron al entrar tarde a clase cuando el colegio estaba junto a la basílica y que, de haber sido un poco antes el derrumbe, podría haber sido terrible).