La Fundación Sustrai Erakuntza ha mostrado su negativa al proyecto del Gobierno de Navarra que pretende centralizar la gestión de los fangos de depuradoras urbanas de aproximadamente el 40% de Navarra en la planta a construir junto a la actual depuradora de Tudela. Según critican, “se trata de un proyecto que podría tratar un máximo de 169.934 toneladas de fangos al año”. “Para que nos hagamos una idea, la depuradora de Tudela produce actualmente en torno a las 34.000 Tn/año, por lo que la capacidad de tratamiento de las nuevas instalaciones supondrá multiplicar por 5 la cantidad de lodos de depuradora que se gestionan en la actualidad en la capital ribera”, añaden.

Una de las principales preocupaciones para la Fundación Sustrai Erakuntza es que “se desconoce completamente cuál será el procedimiento que se seguirá para la gestión de esas aproximadamente 170.000 toneladas anuales de lodos que se pretenden verter a los suelos agrícolas, probablemente en la Ribera. De este modo, se hace imposible determinar el alcance de las afecciones al medio ambiente del proyecto global, por lo que creemos que se están minusvalorando las afecciones que el proyecto producirá”.

PROYECTO

Las instalaciones propuestas tratarían los fangos que se producen tras la depuración de las aguas residuales urbanas a través de un proceso de biometanización. Una vez terminado este proceso, la cantidad de residuos que salen es aproximadamente la misma cantidad que entró, dado que en la biometanización apenas se degradan los componentes de los residuos. De esta manera, el resultado del proceso es casi la misma cantidad de fangos digeridos que deben de ser gestionados de alguna manera. Según explican desde Sustrai Erakuntza, “en general, lo que se hace con ellos es verterlos en campos de labor como producto fertilizante, debido a su gran contenido en nitrógeno, además de otros fertilizantes, y en este caso parece que ese va a ser también su destino final”.

Lo mismo ocurre con la concentración de nitrógeno, que también es variable en los residuos de origen que entran en el proceso de biometanización, y que apenas se ve modificada su concentración. “Hay que tener en cuenta que el nitrógeno, además de un fertilizante, es también un contaminante de los suelos, dado que a mayores dosis que las recomendadas comienza a dificultar el crecimiento de las plantas, además de producir otros efectos adversos”, apuntan desde la Organización.

SOLICITUD

Para la Fundación Sustrai Erakuntza, “podrían plantear la construcción de pequeñas plantas para la gestión de estos residuos cerca de donde son producidos, tal y como establecen los principios de proximidad y autosuficiencia que determina la legislación vigente de gestión de residuos a nivel estatal y europeo. No hay que olvidar que con este proyecto se llevarán a los campos de labor de la Ribera una cantidad aún mayor de residuos, que se emplearán como supuestos fertilizantes. Esto aumentará aún más la cantidad de nitrógeno que va a parar a estos campos, agravando la ya de por sí grave contaminación por este tipo de compuestos que sufren las aguas subterráneas.

“Por todo ello, creemos que es necesario que se fuerce al Gobierno de Navarra a que rectifique su intención de centralizar la gestión de residuos en Navarra. Tratar que estos residuos orgánicos se transformen en compost cuando sea posible y adecuado, de manera que este producto contribuya a mejorar los suelos en materia orgánica y facilite la reducción de la contaminación por nitratos y otros compuestos”, sentencian desde la Fundación.